Unió Regionalista

[2]​ En sus inicios no era un grupo de corte nacionalistas, sino industriales descontentos por el abandono en que se consideraban por causa de la acción (o la inacción) del Gobierno.

Estos dos puntos: crítica a la política y, por extensión, al régimen existente, por un lado, y la confianza en sus propias fuerzas para alcanzar una situación más favorable, por otra parte, eran la base de que impulsaba la burguesía catalana en plantear una lucha política tenaz para lograr la reforma del Estado o, al menos, el autogobierno.

Los nombres que integraban la Unió Regionalista tenían un fuerte prestigio ciudadano y su peso social y económico era muy considerable: Luis Ferrer-Vidal y Soler, Alberto Rusiñol, Manuel Raventós, Bartolomé Robert, Miguel A. Fargas, etc. Su secretario era Fernando Agulló Vidal.

En esta situación se llegó al entendimiento política con los hombres del Centre Nacional Català que, poco después, el 1901, les ofrecieron una táctica y una ideología.

En 1901,[3]​ tras intensas negociaciones entre Enric Prat de la Riba y Josep Puig i Cadafalch con los dos líderes de la Unió, Bartolomé Robert y Miguel Arcángel Fargas Roca, se consiguió la unión con el Centre Nacional Català, de cuya fusión surgió un nuevo partido: la Lliga Regionalista.