Literatura LGBT de Colombia

Se pueden encontrar también distintas perspectivas: Por su parte, Balderston (2007) ha destacado los elementos más “trasgresores, lúdicos y eróticos” en la obra de Porfirio Barba Jacob, Raúl Gómez Jattin, Fernando Molano Vargas, Gabriel García Márquez, Marvel Moreno, Alonso Sánchez Baute y el propio Fernando Vallejo.

Edgar Dixon, y aunque en su época la obra fue rechazada debido a su temática, en la actualidad es considerada un hito en la literatura LGBT latinoamericana.

En la obra, el personaje del niño muestra un deseo homoerótico hacia su amigo Abraham, con quien pasa gran parte de su tiempo libre.

En el siglo XXI destacan autores como Alonso Sánchez Baute (Al diablo la maldita primavera, 2003),[5]​[12]​ César Alzate Vargas (novelas La ciudad de todos los adioses, 2001; Mártires del deseo, 2007, y La familia perfecta, 2014, y algunos cuentos del volumen Medellinenses, 2009), José María Vargas Vila (La conquista de Bizancio), Gonzalo García Valdivieso por su autobiografía Los putos castos.

[15]​ El poeta Bernardo Arias Trujillo escribió el poema «Roby Nelson», donde canta la belleza de un muchacho argentino.

Este poema se hizo muy popular y todavía hoy es un referente de la literatura homosexual no solo colombiana, sino latinoamericana.

Fernando Vallejo ha tratado en distintas obras la temática LGBT.