La Virgen de los sicarios (novela)

La Virgen de los sicarios es una novela del escritor colombiano Fernando Vallejo publicada el año 1994.Fernando se encuentra entonces inmerso en una atmósfera de violencia y homicidio causado por las guerras urbanas del narcotráfico.Bogotá, Medellín y Cali, especialmente, los principales centros urbanos del país, se convirtieron en los escenarios en donde los carteles de la droga impusieron su ley de violencia y corrupción.[3]​ Las mafias colombianas y en especial las del Cartel de Medellín, pusieron de moda el término sicario como el asesino contratado para matar a un opositor político, ideológico o cualquiera que pusiera en peligro los negocios sucios.El libro de Vallejo evidencia una nostalgia entre una ciudad que perdió ese liderazgo, para ser dominada por un caos social sin la presencia del estado.Si bien el tema aparece como un fondo secundario para dar mayor relevancia a la violencia y al sicariato en Medellín, no pasan inadvertidas las relaciones homosexuales de los protagonistas, un hombre mayor con dos adolescentes que contrastan sus preferencias sexuales con el mundo duro, más bien masculino, de las bandas y el crimen."[9]​ Colombia como país culturalmente católico, tiene además una fuerte tendencia a la religiosidad popular debido a una fusión entre la religiosidad popular del Medioevo europeo, las creencias ancestrales africanas negadas a los esclavos negros y camufladas con el santoral católico y las religiones ancestrales indígenas igualmente camufladas.[11]​ En Medellín, una de las regiones más católicas y conservadoras del país, la religiosidad popular adquiere un tono insólito al hacerse componente de la violencia urbana y del sicariato.Estos elementos están presentes en la novela, especialmente cuando Fernando y Alexis visitan los santuarios religiosos de la ciudad.Cuando Fernando le propone a Wilmar que se vayan del país, este acepta con la condición de llevarle antes un regalo costoso a su madre y despedirse de ella.Las palabras se hacen evidentemente significativas dentro de la historia, aun para el que las conoce por primera vez.El autor que se distancia de los personajes, expresa la jerga o el lenguaje popular de manera jerárquica, en donde se utiliza la comilla y en donde un narrador "culto" señala lo que considera un dialecto.Ya desde finales del siglo XIX, cuando comenzaba su revolución industrial que haría de Medellín el segundo conglomerado urbano de Colombia a finales del siglo XX.[24]​ La Medellín que describe Manuel Mejía Vallejo en Aire de Tango: La Medellín de los años 1960 vista por el padre del nadaísmo, Gonzalo Arango: A la Medellín vista por Vallejo que evidencia un cambio descomunal entre un pasado nostálgico y una realidad de frenetismo caótico y sin esperanzas.
Aspecto de las comunas del norte de Medellín . Al fondo el barrio Santo Domingo Savio.
Representación de un sicario.
Una calle de un barrio popular de la ciudad.
" A mi ciudad no vuelve la violencia ", valla de 2008.
La devoción que los sicarios de Medellín tienen por la Virgen, inspiró el título de la novela de Vallejo.
Las comunas del norte de Medellín, los barrios más pobres de la ciudad.