Primera persona (narrativa)

En este caso el narrador solo tiene y aporta información basado en su propia visión de los acontecimientos.

Obras literarias escritas en primera persona pueden tener diferentes modos: Ejemplo de este narrador son los cuentos de Sherlock Holmes (1887), de Sir Arthur Conan Doyle o varias obras del escritor argentino Jorge Luis Borges, por ejemplo, Funes el memorioso, un cuento de la colección Ficciones de 1944: Un ejemplo del narrador protagonista se tiene en la novela La tía Julia y el escribidor (1977), del escritor peruano Mario Vargas Llosa, en la cual Varguitas, el joven escritor, cuenta su historia y amoríos con la tía Julia, que le dobla su edad.

En realidad es de poco uso en literatura, pero ocurre y casi siempre genera una gran atención en la historia.

Faulkner realizó diferentes experimentos narrativos en primera persona plural en varias de sus novelas.

Cada recuento de cada personaje contribuye a clarificar o complicar el cuadro completo del acontecimiento y pone en evidencia la capacidad humana de percibir un objeto y cómo este puede tener diferentes interpretaciones subjetivas.

El narrador en primera persona es a la vez personaje dentro de la historia que narra.

Este personaje que recuenta sin saberlo, se presenta a través de un "falso documento" como un diario personal.

Otro documento utilizado es la carta a otro personaje, que tiene un mayor grado de conciencia.