Aunque los usuarios del parlache rechacen el español estándar como símbolo de la clase dominante, en el fondo lo reconocen como la forma más elaborada y la que se quiere utilizar en determinadas circunstancias.[9][10] Durante la época colonial en el siglo XVI la minería del oro fue la primera actividad económica de Antioquia.Sin embargo son pocos los estudios sobre las repercusiones que en cada municipio tuvo este proceso.Por último, la trágica muerte de Gardel en 1935 en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, contribuyó al nacimiento del mito y a que esta ciudad fuera calificada como «la capital tanguera del mundo».[16] Si bien la guerra civil que se ensañó con los campos colombianos no tocó directamente a la ciudad, esta sí se vio afectada por la llegada masiva de refugiados.Crean palabras, giros, frases hechas; cambian la entonación, todo para oponerse a los adultos.[18] Al referirse al Verlan francés, el periodista José Luis Barbería (1999), nos dice que los suburbios de las ciudades francesas son hoy fecundos laboratorios lingüísticos, pues a toda hora surgen nuevas palabras creadas con la inversión de las sílabas de las palabras conocidas, con la fusión de vocablos nacidos del choque entre el francés y el árabe, las lenguas centroafricanas, el inglés e incluso el español; también surgen nuevas palabras por creación pura y caprichosa.Los jóvenes, entonces, no tienen una identidad cultural definida, porque a pesar de que muchos de ellos han nacido en Medellín, no tienen una raíz propiamente urbana y en sus manifestaciones culturales y lingüísticas se puede leer todo un sentido de desarraigo, que es claramente observable en los escritos que hemos recogido para la primera investigación y en los datos que se recopilaron para esta tesis doctoral.Este desarraigo se expresa en palabras como amurao, desparchado, chirrete, bandera, desechable.[20] Con el deterioro de las condiciones socioculturales y la agudización de la violencia, el parlache sigue vigente, y su desarrollo es tan fuerte, que su caudal léxico se ha incrementado notoriamente en los últimos años.Además, la presencia de palabras y expresiones del parlache en textos publicados ha aumentado considerablemente en los últimos dos años.Se popularizó entonces este término, tomado del latín sicarius (cuya primera documentación data de 1884, según el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, de Corominas y Pascual, que lo considera voz literaria, principalmente periodística), en sustitución del sintagma «asesinos de la moto».[7] Series como Recórcholis (de Vargasvil, trasmitido por Teleantioquia en 1992) y Cuando quiero llorar no lloro (adaptación colombiana del escritor venezolano Miguel Otero Silva), Gonólogos con Campo Elías, El cartel de los sapos, Sin tetas no hay paraíso, Como se ha dicho en la parte introductoria de este artículo, el parlache es una germanía.Acoge en su inventario un número representativo de palabras que están presentes en el DRAE, sin embargo en esta variedad del argot han sido resemantizadas o han sido actualizadas.Por ejemplo: achicopalarse, amurarse, bacaniarse, destapiñarse, engolirarse, pisarse, rambotizarse, repantigarse.[22] Por ejemplo La mayoría de los verbos resemantizados en parlache se presentan en seis campos semánticos: En total, son ciento veintiséis verbos que han llegado al parlache por esta vía.A continuación una breve muestra de algunos vocablos que se encuentran en el parlache.