Durante siglos la literatura china ha sido no solo una reflexión sobre la sociedad y la vida, sino que también ha tenido un fuerte contenido político.
Muchos literarios eran altos funcionarios o filósofos que estudiaban y proponían nuevas formas de gobierno para China.
Los primeros testimonios literarios, o al menos considerados literarios en China, son las inscripciones encontradas en los caparazones de tortuga utilizados para adivinar durante la dinastía Shang (XVI a siglo XI a. C.) y las oraciones grabadas en los bronces sacrificiales de esa misma dinastía.
En estas inscripciones ya aparecen los primitivos caracteres chinos, que con sus variedades y evoluciones se seguirán utilizando hasta hoy en día.
En el título de algunas incluso aparece el sinograma 经 (Jīng), pero no se pueden adscribir a las categorías anteriores.
La mayoría de los textos en prosa son dedicados a temas políticos o daban consejos a los gobernantes, y en esta dinastía floreció el género del fu o poema en prosa de tema descriptivo en cuyo estilo domina el paralelismo sintáctico.
Se cultivaron especialmente los versos pentasílabos y heptasílabos, que en el caso de la lengua china corresponden a versos de cinco y siete sinogramas respectivamente, puesto que cada sinograma representa una sílaba.
Li Bai fue considerado un genio, ya en vida, y frecuentaba los ambientes más distinguidos de la época, incluido el palacio imperial.
Han Yu era considerado el mejor escritor chino de todos los tiempos por el renombrado orientalista Arthur Waley.
Junto con Ouyang Xiu 欧阳修 Su Xun 苏洵 Su Shi 苏轼 Su Zhe 苏辙 Wang Anshi 王安石 Zeng Gong 曾鞏 son conocidos como los ocho maestros de la prosa china.
Esta escritora nacida en París, Francia, creció en el barrio de Chinatown en Los Ángeles, California.
La tradición oral china registra que el Nu Shu se mantuvo en secreto por alrededor de un siglo.
Las protagonistas son dos niñas, Snow Flower y LiLy, a quienes sus familias unen como laotong, una forma de amistad femenina muy íntima, o "hermandad de mujeres" según cita Zhao en un ensayo citado por Flora Bottom.
En cuanto a la temática, se centra en lo contemporáneo: problemas sociales, agitación histórica, cambio de valores éticos, etc.
Entre los novelistas más importantes de este periodo se encuentran Wu Woyao (吳沃堯) (1866-1910), Li Boyuan (李伯元) (1867-1906), Liu E (劉鶚) (1857-1909) y Zeng Pu (曾樸) (1872-1935).
Sin embargo, el panorama poético seguía dominado por los adeptos a la Escuela Tongguang (llamada así por los reinados del Tongzhi y del Guangxu de los Qing), cuyos líderes -Chen Yan (陳衍), Chen Sanli (陳三立), Zheng Xiaoxu (鄭孝胥), y Shen Zengzhi (沈曾植)- promovieron un estilo Song a la manera de Huang Tingjian.
Otra escritora que, en palabras de la académica Nicole Huang, "experimentó persistentemente con el nuevo lenguaje literario" es Eileen Chang.
[4] Aunque a menudo se dice que tuvieron menos éxito que sus homólogos en la escritura de ficción, los poetas también experimentaron con la lengua vernácula en nuevas formas poéticas, como el verso libre y el soneto.
Entre los dramaturgos de la época destacan Ouyang Yuqian, Hong Shen, Tian Han y Cao Yu.
Para 1932 había adoptado la doctrina soviética del realismo socialista; es decir, la insistencia en que el arte debía concentrarse en los acontecimientos contemporáneos de forma realista, exponiendo los males de la sociedad no socialista y promoviendo un futuro glorioso bajo el comunismo.
Los "Nuevos Sensacionistas" (新感覺派) -un grupo de escritores radicados en Shanghái que estaban influenciados, en mayor o menor medida, por el modernismo occidental y japonés- escribieron obras de ficción más preocupadas por el inconsciente y la estética que por la política o los problemas sociales.
Entre estos escritores destacan Mu Shiying, Liu Na'ou (劉吶鷗), y Shi Zhecun.
Otros escritores, como Shen Congwen y Fei Ming (廢名), se opusieron al papel utilitario de la literatura escribiendo descripciones líricas, casi nostálgicas, del campo.