La existencia de la familia altaica es debatida entre los lingüistas históricos, pues ha sido casi universalmente rechazada.
Pero la inclusión de estos tres grupos es aún más insegura y es rechazada por muchos especialistas.
[7] Estas tres familias lingüísticas tienen léxico, morfológica, fonética y tipológica comunes, que algunos científicos consideran una prueba de su unidad genética y, por tanto, de su rastreabilidad hasta una lengua predecesora común (protolengua).
Castrés propuso en 1862 teorías similares, pero clasificó al túrquico con lo que él llamaba urálico.
El ainú ha sido relacionado alguna vez al grupo altaico, por ejemplo por Street (1962) y Patrie (1982).
Los oponentes a la teoría afirman que se basa principalmente en similitudes tipológicas como la armonía vocal, la falta de género gramatical y el ser aglutinantes.
Los argumentos originales para agrupar las lenguas "microaltaicas" dentro de una familia uraloaltaica se basaban en rasgos compartidos como la armonía vocálica y la aglutinación.
Según Roy Miller, la prueba más contundente de la teoría son las similitudes en verboal morfología.
Japónico Coreano Tungúsicas Mongólicas Túrquicas Martine Robbeets (2020) argumenta que los primeros hablantes transeurásicos eran originalmente agricultores en el noreste de China, convirtiéndose más tarde en pastores.
En cualquier caso, estas vocales aparecen solo (a veces únicamente) en la primera sílaba.
Todas las vocales pueden ser largas o breves, siendo la oposición de cantidad fonémica en la primera sílaba.
[23] Aunque se reconocía solo un reducido número de cognados y existen muchas dudas sobre ciertas reconstrucciones, el siguiente cuadro es una muestra típica del trabajo comparativo sobre las lenguas macro-altaicas:[24] Por otro lado, otras investigaciones plantean que el japónico tendría una relación más cercana con las lenguas austronesias, sin embargo, es posible que este acercamiento se deba al contacto entre la cultura neolítica macro-altaica Xinglongwa (río Liao, China) en contacto con pueblos que tenían un idioma hermano al proto-austronesio durante la expansión de la agricultura del mijo y el arroz en el sexto milenio A. C.[25] Las relaciones serían las siguientes: Tungús Mongólico Túrquico Japónico Coreánico