En español, la armonía vocálica se ha descrito en los dialectos de Murcia[1] y Andalucía Oriental.
En el turco y otras lenguas, la sinarmonía lleva a una regla obligatoria para la selección de alomorfos en una palabra: el alomorfo debe tener el tipo correcto de vocal, es decir, una vocal que comparta con el lexema el rasgo armónico.
Como lengua túrquica el tártaro, al igual que el turco, también tiene armonía vocálica, que afecta tanto a los sufijos como a las postposiciones: bala-lar – niños, äni-lär – madres; bala-sı – su hijo, äni-se – su madre; bala-sız-lı – sin hijos, äti-sez-le – sin padre.
Si en una palabra solo aparecen vocales neutrales, se suele utilizar el sufijo de la primera clase.
La armonía vocálica también se aplica a la hora de conjugar verbos (látok – veo, nézek – miro).