Las aproximantes crean por tanto un grado de obstrucción menor que las fricativas y las oclusivas.
También pueden incluir aproximantes nasales, no tan comunes en idiomas, como [j̃], (como en sonho) [w̃] (como en paõ) [h̃], (como en hũg).
Eso sucede tanto en la pronunciación enfática del inglés yes!, como en los alófonos intervocálicos en español de /b, d, g/, que muchas veces laxamente son transcritas como fricativas (a veces por la falta de símbolos específicos dedicados a esas aproximantes, y por evitar diacríticos tipográficamente engorrosos).
El tibetano tiene una aproximante lateral sorda [l̥] diferente de la fricativa lateral sorda [ɬ] del galés, aunque en las transcripciones de estas lenguas a veces la diferenciación no queda suficientemente clara.
Cuando se examina el espectrograma de la onda sonora correspondiente a la emisión de [j] y [w] se ve que son típicamente más breves y usan menor energía articulatoria que la vocal correspondiente.