Una lengua aglutinante es aquella en la que las palabras se forman uniendo monemas independientes.
Este término fue creado por Wilhelm von Humboldt en 1832 para clasificar las lenguas teniendo en cuenta su morfología.
La palabra procede del verbo latino agglutinare, que significa «pegar una cosa con otra».
En las lenguas aglutinantes, los afijos deben ir en un lugar determinado, según el sentido que se le quiere añadir o modificar a la raíz.
Nuevamente puede tomarse como ejemplo el español, donde la terminación -o en una forma de presente, indica simultáneamente que se trata de primera persona del singular, del modo indicativo, como el tiempo presente.