En la época, Miriam (latinizado, María) era uno de los nombres femeninos más comunes entre los judíos.
La iconografía cristiana representa a veces el grupo de mujeres que presencian la Crucifixión de Cristo o el Descendimiento (habitualmente como escena secundaria del tema principal, pero en ocasiones convertido en motivo destacado (por la posición, tamaño o tratamiento elegido por el artista).
Una escena posterior es la del Entierro de Cristo, en que los personajes femeninos se suelen identificar como plañideras.
Cuando aparecen sólo dos personajes femeninos se suelen identificar como la Virgen María y María Magdalena (siendo Juan el tercer personaje que equilibra el triángulo compositivo).
Según el Evangelio de Juan no fue un grupo, sino únicamente la Magdalena, pero según los Evangelios de Lucas, Marcos y Mateo eran María Magdalena, María la de Santiago, y Juana En pintura religiosa, el encuentro entre Jesús resucitado y una mujer ante su tumba se conoce con la expresión latina (de la Vulgata) Noli me tangere ("no me toques").