José Gregorio Calderón

Tras cambiar de bando varias veces, obtuvo la baja y regresó a San Luis.

Sancionó la ley que estableció el escudo de la provincia, iniciativa del general José Ruiz Huidobro.

A principios de 1835, al difundirse la noticia del asesinato de Quiroga, se produjeron en Cuyo graves enfrentamiento entre quienes habían sido sus seguidores; en San Luis, Argañaraz intentó derrocar a Calderón, que lo expulsó de la provincia.

Dedicó mucho esfuerzo a reedificar los pueblos de la provincia, donde reconstruyó las capillas y fundó algunas escuelas, a pesar del escaso presupuesto con que contaba.

Éste organizó un pequeño ejército, que puso en manos del coronel Eufrasio Videla.

Pero en el interior de la provincia, una vez que los ranqueles comenzaron su retirada, los jefes militares se negaron a reconocer la autoridad del triunvirato.

Calderón fracasó en reorganizar las milicias en el noroeste y huyó a ponerse al amparo del ejército de Aldao.

Calderón estaba en ese ejército, pero al parecer no participó en la batalla; se dirigió a la ciudad de San Luis y reunió la legislatura, mientras los miembros del triunvirato eran tomados prisioneros.