Tras la derrota, tanto las SS como el partido nazi fueron declaradas organizaciones criminales durante los juicios de Nuremberg.
La ideología de las SS comprendía la dimensión filosófica más importante del nazismo, aplicando a sus métodos elementos ontológicos, antropológicos y éticos bajo el disfraz de ciencia; moldeando la doctrina del Estado nazi y cristalizando ideales en dogmáticas verdades.
Otros 12 000 abandonaron voluntariamente sus filas durante el mismo periodo por razones desconocidas, poniendo en tela de juicio el lema de la institución Meine Ehre heißt Treue ('Mi honor es lealtad').
[13] La adhesión total a la doctrina nazi era esencialmente un hecho entre los miembros de las SS.
Pusieron especial empeño en desmarcarse desde un principio del resto de sus camaradas nacionalsocialistas y de ofrecer una imagen elitista que se reflejaba en detalles como su uniformidad, insignias o distintivos propios y exclusivos.
Los requisitos de admisión colectivos para las SS eran más estrictos que para el NSDAP.
La SD empleó toda su organización de agentes e informadores para asentar un estado gobernado por la SS y crear un régimen totalitario sin parangón.
[28] Con la finalidad de preservar la herencia germánica, se fundó el instituto Ahnenerbe en 1935.
[29] El temor a perder durante la guerra parte del patrimonio genético alemán debido a las bajas en el campo de batalla y al contacto de las tropas con otras razas, consideradas inferiores, motivó el aliento a la procreación que Himmler instauró entre los miembros de la SS casi como una obligación para preservar un legado genético ario que sostuviese el futuro Reich de los mil años.
Al finalizar la guerra habían logrado entre 8000 y 11 000 nacimientos durante sus diez años de existencia.
Himmler intentó paliar esa clara contradicción con el argumento de una identidad europea compartida y con la promesa de permitirles vivir en el volk alemán a aquellos con sangre pura que se alistasen.
[33] Según el historiador Mark P. Gingerich, del millón de Waffen-SS que sirvieron durante la guerra, la mitad no eran ni siquiera ciudadanos alemanes.
En 1937 dijo que el movimiento era una fase del conflicto final con el cristianismo y que era misión de la SS sentar unas bases ideológicas no cristianas sobre las cuales conducir y moldear la vida del pueblo alemán.
[40] Esta ideología se construyó a partir de una interpretación pseudo-histórica germánica[40] que rechazaba la imagen de Cristo por ser judío y rehusaba la doctrina básica del cristianismo y sus instituciones.
[43] En un intento por reemplazar al cristianismo y sumergir a la SS en una nueva doctrina, se les dio la posibilidad de sustituir las ceremonias cristianas comunes, como los bautismos, bodas y entierros.
[46] Himmler estableció lugares de culto para promover sus ideas religiosas y enlazarlas con la llamada tradición germánica.
[52] Estos intentos de establecer una nueva religión pagana no tuvieron éxito y aunque la SS nunca apoyó oficialmente la práctica religiosa cristiana, sus rituales fueron casi siempre tolerados y respetados.
[54] Estas quejas de la iglesia motivaron que el propio Hitler y Alfred Rosenberg liquidasen este «culto absurdo».
[6] El racismo inculcado a los miembros de la SS proporcionó una armadura mental para los asesinos en masa.
[62] Un panfleto de reclutamiento de la Waffen-SS advertía a los candidatos que responder a la llamada significaba estar especialmente ligado a la ideología nacionalsocialista, una doctrina que implicaba tanto una batalla ideológica como una lucha racial contra los «subhumanos» (Untermenschen), acompañada por una brutalización de la guerra sin precedentes hasta ese momento.
[65] Los Einsatzgruppen se complementaron en esta tarea con la Ordnungspolizei ('Policía del orden'), especialmente creada a tal fin con personal reclutado en Alemania y en los territorios ocupados, que fue adoctrinada por la SS para participar en asesinatos masivos.
[84] Asimismo emprendieron un proceso de desnazificación (Entnazifizierung) con el que se pretendía purgar a los alemanes de ideología nazi que habían impulsado el Holocausto y la guerra en Europa.