Principalmente se conocen cinco: Análisis genéticos, especialmente aquel promovido por la National Geographic Society con su Proyecto Genográfico, podrán agregar elementos adicionales para descubrir el origen de la población vasca.
Si lo fuese la de la expansión vascona en los años oscuros, los vascos no ocuparon todo lo que actualmente se define como Euskal Herria hasta el siglo VI o V a. C. Las otras hipótesis son intermedias.
Según los historiadores romanos Estrabón, Plinio el Viejo, Pomponio Mela, Lucio Floro o Silio Itálico, la zona estaba habitada en tiempos prerromanos por diversas tribus cuyo idioma y filiación nos son desconocidos.
No hay más noticias de várdulos, caristios y autrigones, hasta que en el siglo IX se menciona por primera vez a Castilla, antes llamada Bardulia.
Íñigo López se sitúa bajo la influencia política del rey castellano Alfonso VI pasando de esta forma a vincularse con Castilla.
Los dirigentes del PNV actuaron como mediadores, convenciendo a los jefes sublevados para que se rindiesen y no luchasen hasta la muerte.
Por parte de los leales a la legalidad republicana, se conforma el Batallón Amuategui compuesto por milicianos del Frente Popular, en su mayoría socialistas eibarreses.
Luis Arana Goiri abandona ese día el PNV en muestra de disconformidad, pero pidiendo a los demás militantes que no lo hiciesen.
La situación fue angustiosa para los presos vascos ante el imparable avance alemán pues la alternativa era caer prisionero de los nazis o ser entregado a los franquistas.
Pese a lo que dijo la propaganda franquista, la destrucción sufridas por las instalaciones industriales vizcaínas y guipuzcoanas durante la guerra no fueron demasiado grandes.
[65] Fracasados todos los intentos por desarrollar conjuntamente la oposición al régimen, partidos y sindicatos entran en una etapa en la que casi no registran actividad alguna, dificultada también por la represión.
En 1966 Raúl Guerra Garrido, nacido en Madrid pero afincado en San Sebastián, publicó Cacereño, una dura novela social sobre la discriminación que los trabajadores inmigrantes sufrían en el País Vasco.
Conflictividad en buena medida liderada por Comisiones Obreras, un nuevo tipo de sindicalismo clandestino surgido en Vizcaya en 1962, en el que la influencia comunista era considerable, aunque no única.
La batalla que se libró en torno al tema marcó en gran medida el futuro del movimiento obrero durante los siguientes años.
Por otra parte, comenzaron a surgir disensiones internas dentro del movimiento obrero al incorporarse gente cada vez más joven, con otro tipo de actitudes y perspectivas en la lucha antifranquista.
La sangrienta respuesta de las fuerzas del orden público contribuyó sin duda a extender y radicalizar aún más los conflictos.
El paro en la zona industrial vizcaína fue muy importante, prácticamente total en Guipúzcoa, con numerosos incidentes y enfrentamientos con las fuerzas del orden público.
Pertur tenía el modelo de la extrema izquierda del PCE (se declaraba a sí mismo comunista abertzalea) y con esa idea intentó crear una nueva ETA; creó unas juventudes, un movimiento estudiantil y, más importante aún, las Comisiones Obreras Abertzales (COA) que derivarían a LAB, el brazo sindical de ETA (pm).
Hasta los años 60 el papel de figuras históricas del socialismo vasco y español como Antonio Amat o Ramón Rubial resultó fundamental.
El Concordato, firmado en 1953, requería que Franco presentara previamente una terna donde, evidentemente en este caso, no figuraba Cirarda (por entonces Obispo de Santander).
Carlos Arias Navarro, sucesor de Carrero Blanco, llegó a pensar en romper relaciones con la Santa Sede y denunciar el Concordato.
Con la llegada de la Democracia la paz no fue posible en el País Vasco principalmente porque una sector minoritario (aunque numeroso) no aceptó las reglas del juego democrático y las instituciones con la que la mayoría de los ciudadanos vascos se dotaron, resultando imposible llegar a consensos sobre valores básicos en el marco institucional que se estaba formando.
Mientras que en el resto del Estado hubo un acomodamiento por parte de las fuerzas de Oposición al Franquismo a una reforma pactada como vía para acceder y consolidar la Democracia, en el País Vasco se mantuvo la pulsión entre reforma y ruptura propiciando la hegemonía del nacionalismo por la trascendencia que alcanzó la denominada «Cuestión Nacional».
La Oposición fue saliendo de la clandestinidad; el PSOE celebró en Madrid su XXVII congreso, al que asistieron importantes líderes socialdemócratas internacionales como Olof Palme o Willy Brandt.
Sin embargo, dicha disposición iba a tener posteriormente un efecto jurídico destacado al ponerse en marcha el Estatuto de Autonomía.
Sin embargo, no llegó a absorber todo el voto de AP, que presentándose como Unión Foral del País Vasco sufrió un duro correctivo.
Mucha mayor amplitud y difusión tuvo la primera gran manifestación que a instancia del PNV se celebró en octubre de ese año contra la «violencia» terrorista.
Todo ello no impidió a los grupos abertzales organizaran, como tantas veces, una contramanifestación con el lema Ayer y hoy con nuestros gudaris.
Su partido hermano, la coalición Herri Batasuna, tomó como proyecto político la Alternativa KAS sin aceptar posibilidades reformistas o intermedias y logró algunos éxitos electorales notables.
Aun así han precisado, para sacar algunas leyes adelante, el apoyo puntual de otras organizaciones, incluida la que representa a la izquierda abertzale.