Ignacio Aldecoa

[5]​ Empezó publicando libros de poesía (Todavía la vida, en 1947, y Libro de las algas, en 1949); en ese periodo entabla relación con Josefina Rodríguez, con la que se casa en 1952.

[9]​ Adaptó el riguroso realismo anglosajón a la literatura española, de forma que sus cuentos poseen el sabor de una experiencia realmente sentida y vivida, gracias a sus agudas dotes de observador y a su gran contenido humano.

Casi siempre escoge a gente humilde cuya cotidianeidad expone con ternura, dejando que el contenido social se deduzca naturalmente de la humanidad de su propia visión.

[5]​ Para los críticos Fernando Valls y Sergi Bellver, la influencia de Aldecoa se deja sentir en importantes escritores de varias generaciones, como José María Merino, Luis Mateo Díez, Manuel Longares, Julia Otxoa, Fernando Aramburu, Iban Zaldua, Elvira Navarro, Óscar Esquivias y Pablo Andrés Escapa.

[10]​ Al parecer, Aldecoa proyectaba construir tres trilogías, una dedicada a la gente de mar, otra al trabajo en la mina y una tercera mixtificando el mundo de los guardias civiles, los gitanos y los toreros.