[12] En ese mismo año se constituye la sociedad «Viuda e Hijos de José Barreras y Casellas» por parte de Esperanza Massó Ferrer, José y Francisco Barreras Massó, viuda e hijos, respectivamente, del empresario natural de Blanes José Barreras y Casellas,[13] es entonces cuando nace el astillero propiamente dicho.
Recién estrenado el siglo XX, el astillero consiguió un contrato con la Compañía Arrendataria de Tabacos para la construcción de dos pequeños vapores llamados Frau y Rodríguez Beraza, que habían verificado sus pruebas en 1904.
[17] La construcción de buques para Tabacalera y otros sardineros evolucionaron hacia el denominado «vapor tipo Vigo»,[17] modelo de éxito con esloras que oscilaban entre 12 y 20 metros y del que hasta 1918 se habían construido al menos 376 unidades, incluyendo otros pesqueros de distinto porte.
[14] La plantilla había alcanzado entonces setecientos empleados, lo que nos aproxima a la importancia de la actividad fabril en curso.
La cuarta generación Barreras, los hermanos Barreras Massó, abanderó proyectos como la Liga Marítima de Vigo, el Lloyd Gallego, la Asociación General de Industrias Pesqueras y la revista Industrias Pesqueras,[21] entre otras.
Al margen del mencionado buque, de sus gradas también saldrían durante esos años dos guardapescas para la Armada y varios pesqueros encargados por la familia Massó.
Entre ellos figura el buque Bernardo Alfageme,[27] construido en 1944, que se conserva como monumento estático en la ciudad de Vigo.
[14] En consonancia con las dificultades que entonces existían en la industria naval española, la construcción de ambos buques se retrasó considerablemente en el tiempo.
En 1959 se entregan los cargueros Puerto de Huelva encargado por Naviera Odiel y el Isabel Flores para el armador Manuel Rocafort.
En ese mismo año un incendio causó graves daños en el astillero Hijos de J. Barreras,[30] afectó principalmente al edificio de oficinas y entre las pérdidas se encontraba el archivo documental y fotográfico.
Esta época corresponde a una gran expansión que se mantuvo hasta la crisis del sector en los años setenta.
En 1966 tuvieron lugar las primeras elecciones sindicales de la empresa en las que resultó elegido Higinio Leirós, militante del PCE, lo que provocó recelos y desconfianza por parte del Sindicato Vertical.
Destacan, asimismo, cinco grandes buques atuneros para la compañía armadora Albacora, cuyo contrato fue firmado a finales de este decenio.
Iniciándose esta década se produce la reconversión industrial promovida por el gobierno socialista de Felipe González debido a la entrada de España en la Unión Europea, en la que la histórica atarazana viguesa Astilleros y Construcciones (ASCON) cerró sus puertas,[46] mientras que Factorías Vulcano también estuvo a punto de cerrar.
Finalmente esta operación resultó un fiasco empresarial, ya que apenas tres años después KHD decide suspender la producción de motores dejando en la calle a los 201 operarios que formaban parte de la plantilla.
Como singularidad, se convirtió en una las primeras compañías públicas que liquidó el Estado en su largo proceso de privatizaciones y, desde luego, el primer astillero.
[56] En 2011 y debido a una deficiente gestión económica el astillero se vio abocado a presentar voluntariamente un concurso de acreedores, lo que provocó la renuncia del entonces presidente, José Francisco González Viñas.
Siendo la primera ocasión que en el astillero se fabricaba una estructura relacionada con las energías renovables marinas.
[12] Este pedido valorado inicialmente en 250 millones de euros y cuyo coste final superó los 400 debido a los numerosos cambios realizados por Ritz-Carlton durante su construcción,[67] hacen que sea «la construcción civil más costosa en toda la historia del sector naval español hasta la fecha».
[73] Para hacer frente a estos sobrecostes en contratos, retrasos y deudas con la industria auxiliar.
[75] Este preconcurso tuvo como objetivo renegociar la deuda para así poder evitar una futura quiebra.
[77] Para lograr este acuerdo con las subcontratas, Ritz-Carlton asumió los sobrecostes de la construcción del Evrima, asimismo, PEMEX y Albacora cedieron temporalmente sus derechos políticos en el accionariado a Cruise Yacht Yardco Ltd (CYYL),[78][79] sociedad creada por la filial naviera de la cadena hotelera.
[84] Finalmente la SEPI no concede este crédito alegando que la factoría gallega no había presentado ningún plan industrial para poder acceder a esos fondos, por lo que Cruise Yacht Yardco Ltd (CYYL) en verano de 2021 contrata los servicios de la consultora Kroll con el objetivo de buscar alternativas que garanticen la estabilidad y viabilidad del astillero.
[50] También hizo entrega a armadores privados de otro tipo de embarcaciones y estructuras flotantes, como por ejemplo: cableros, cargueros, cruceros, ferris-crucero,[103] floteles, mercantes frigoríficos, metaneros, multipropósitos, offshore (costa afuera), petroleros, plataformas petrolíferas, portacontenedores, remolcadores, rolones o sísmicos, entre otros.
Más adelante -durante los años que abarcaron la Transición Española- pueden considerarse muy prolíficos para la atarazana en lo que respecta a la construcción de cargueros, García Miñaur encarga el Alalma, Algarmi, Alsixmar y Alyolex, entretanto a Nuvamar se le hace entrega de la pareja Jingshun (ex Nuvamenchu) y Zhong Hua 8 (ex Nuvamarina).
Comenzando el siguiente decenio se producen las botaduras del Balsain y el Vinuesa, ambos para Compañía Oceánica Bret.
El siguiente portacontenedores construido por Hijos de J. Barreras fue el Marqués de Comillas encargado por la Compañía Trasatlántica Española en 1997, repitiendo con esta misma casa armadora diez años después cuando le hace entrega del Beatriz B (ex CTE Beatriz)[116][117] y del Verónica B (ex Ruiloba),[118] mientras que en 1998 se hace entrega el Fernando M. Perera para Naviera Odiel, siendo además los tres últimos buques destinados al transporte de mercancías construidos por el astillero en su centenaria historia, sin tener en cuenta los metaneros, petroleros y rolones construidos a finales del siglo XXI y comienzos del XX.
A lo largo del lustro que abarca de 1999 a 2003, coincidiendo también durante los primeros años en los que José Francisco González Viñas dirigió la compañía, diversas navieras y armadores encargaron a la factoría gallega la construcción de varios rolones o cocheros (igualmente denominados Ro-Ro), buques destinados al transporte vía marítima de carga rodada.
A quienes se les construyó en las instalaciones de Hijos de J. Barreras los siguientes rolones: Bouzas,[119] Gran Canaria CAR,[120] L´Audace, La Surprise,[121] Neptune Aegli,[122] Neptune Dynamis,[123] Suar Vigo,[124] Tenerife CAR e Ysabel (A-06) (ex Galicia),[125] todos ellos aún continúan navegando hoy en día.
En su palmarés también figuran otros buques y estructuras flotantes no vinculados con los sectores anteriormente citados.