Se encuentra dividido en cuatro dársenas aparte del muelle de la Hondura.
No obstante, por aquella época el puerto de Santa Cruz no se podía considerar como principal, ya que la actividad comercial que registraban los puertos de Garachico y La Orotava era superior.
El abrigo de esta cala era relativamente bueno, ya que se hallaba suficientemente protegida, disponía de una playa, pero, en cambio su reducida capacidad y su difícil entrada jugaban en su contra.
Es en 1526 cuando el Cabildo, por orden de Juan de Aguirre solicita ayuda económica a la Corte y se comienza a vislumbrar un futuro puerto real, con las requeridas dotaciones.
Pronto se producirían daños en las obras realizadas debido a las inclemencias del tiempo, con fuertes temporales que se repitieron en los años 1551, 1585 y 1600, que conllevaron numerosas reformas, cambios de ubicación, e innumerables incomodidades para el adecuado tránsito de mercancías y personas.
En el año 1575 dio comienzo la construcción del castillo de San Cristóbal.
El ingeniero militar italiano Leonardo Torriani visitó la isla a finales del siglo XVI y recomendó al monarca la edificación de otros dos baluartes que debían emplazarse en las zonas aledañas.
En este sentido participó el ingeniero militar Miguel Benito Herrán quien en el año 1729, planteó, infructuosamente, la construcción de una escollera que partiera desde la denominada laja de San Cristóbal.
Más tarde, en 1741 el comandante general Bonito y Pignatelli encomendó a su ingeniero Antonio La Rivière el estudio y proyecto de la propuesta formulada anteriormente por Benito Herrán.
Sin embargo, al igual que en el caso primero, este proyecto nunca vio la luz.
Mediante impuestos y donativos, fue posible que el proyecto redactado, esta vez, por los ingenieros Francisco La Pierre y Manuel Hernández en el año 1749, viera iniciadas sus obras un año más tarde.
Estos trabajos consistieron en la construcción de un dique o rompeolas que partía desde la laja de San Cristóbal perpendicular al litoral rematado por un martillo en T. Sin embargo, poco tiempo después, en 1755, un nuevo temporal causó graves desperfectos en la escollera.
Los mercantes y demás personal del puerto que habían hecho sus inversiones en el proyecto anterior dudaron entonces de si no era más conveniente devolver el muelle al emplazamiento inicial en La Caleta.
Las citadas obras finalizaron en el año 1787 y fue entonces cuando Santa Cruz contó por primera vez con unas buenas instalaciones adaptadas al momento.
Estas actuaciones se fundamentaron en: Consistía en una nave de planta rectangular, rematada circularmente en los lados menores.
Los trabajos de ejecución, comprendidos entre 1756 y 1758 fueron dirigidos por el coronel Francisco Gozar.
Más tarde (1779-1784), bajo el mando del comandante general Ibáñez Cuevas se edificó un espaldón para cubrir el almacén de las vistas del mar y de los fuegos que pudieran abrir desde los barcos.
El edificio de la Real Aduana permaneció en pie durante casi dos siglos.
También durante el siglo XVIII fue importante la labor desarrollada por el puerto de Santa Cruz en cuanto al tráfico de pasajeros, siendo un destacado núcleo receptor y dador de migraciones tanto internas (desde Lanzarote, Fuerteventura y El Hierro motivadas por la hambruna) como externas (hacia América, principalmente Santo Domingo, Puerto Rico, Luisiana o Tejas).
Este venía a ser el primer ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, ya que, hasta ese momento, todas las obras del puerto habían sido proyectadas por ingenieros militares.
Era, además, uno de los pocos astilleros españoles acreditados a mercantilizar directamente con América y habilitados para la comercialización exterior.
Al mismo tiempo que capacitaban un puerto en cada una de las restantes islas para el tráfico y comercio en general.
El carbón era un producto de importación y libre comercialización que vio incrementada su demanda principalmente a partir del año 1860.
Otras compañías fueron: Virgilio Ghirlanda en 1851, a esta le siguió Juan Cumella en 1857, en 1862 fue el turno de Hermanos Cory, lo mismo en 1868 para Davidson, Juan Croft comenzó su negocio en el año 1891), Inocencio Fernández del Castillo en 1891, y otras compañías, cuya fecha de instalación no se conoce.
El proyecto del gabinete suizo Herzog & De Meuron resultó ganador.
El dique del Este va encaminado a la escala técnica que los tanqueros y barcazas precisan.
La empresa especializada en la carga, descarga y trasbordo de contenedores tiene su terminal en este muelle.