Estas aves vivían tanto en los bosques montanos como en las regiones bajas, y se cree que alternaban ambas regiones estacionalmente, viviendo en altitudes altas en verano y descendiendo a las bajas en invierno.
Los machos y las hembras usaban sus diferentes picos para alimentarse de manera distinta: el macho usaba su corto pico para escarbar en la superficie de la madera podrida, mientras que la hembra podía sondear en rendijas profundas.
Esta ave era consideraba sagrada (‘tapu’) por los maoríes, y llevar su piel o plumas estaba reservado a las personas de alto estatus.
El nombre del género, Heteralocha, deriva de los términos griegos ἕτερος ‘diferente’ y ἄλοχος ‘esposa’.
[4] En 1850 Jean Cabanis reemplazó el nombre Neomorpha, que había sido usado anteriormente para un género de cucos, por Heteralocha.
[7] La huia tenía el plumaje negro con brillos metálicos verdes,[8] y llamativas carúnculas de color naranja brillante en las comisuras del pico.
[10] La huia tenía doce plumas negras brillantes terminadas en una banda blanca de unos 2,5–3 cm.
La huia-ariki tenía el plumaje parduzco salpicado de gris,[14][15] con las plumas del cuello y la cabeza más oscuras.
[17] Esta divergencia podría haber surgido por la ausencia de competidores en este nicho ecológico en los ecosistemas forestales la isla Norte.
[20] La otra teoría es que el pico de color marfil contrastaría con el plumaje negro, y podría usarse para atraer a la pareja.
[17] Otro aspecto menos obvio del dimorfismo sexual de la huia era que los machos eran algo más pequeños.
[9] Los depósitos de subfósiles y los restos en conchales indican que la huia una vez se encontraba por toda la isla Norte, tanto en los bosques de regiones bajas como en regiones montanas,[13] extendiéndose desde la punta norte en cabo Reinga[21] hasta Wellington y los montes Aorangi en el sur.
Solo se han encontrado unas pocas huias en los grandes depósitos kársticos del área de las cuevas Waitomo y también son raras o están ausentes en los registros fósiles del centro de la isla Norte y Hawke's Bay; parece ser que prefería hábitats que todavía no están bien muestreados por los yacimientos conocidos en la actualidad.
Se observó a la especie en formaciones de vegetación nativa tales como el mataī (Prumnopitys taxifolia), el rimu (Dacrydium cupressinum), kahikatea (Dacrycarpus dacrydioides), el rātā norteño (Metrosideros robusta), el maire (Nestegis), el hinau (Elaeocarpus dentatus), la totara (Podocarpus totara), la rewarewa (Knightia excelsa), el mahoe (Melicytus ramiflorus) y taraire (Beilschmiedia tarairi), y a nivel del mar en la karaka (Corynocarpus laevigatus) en cabo Turakirae.
[20] Se supone que la huia realizaba ciertos desplazamientos estacionales, viviendo en los bosques montanos durante el verano y trasladándose a los bosques de regiones bajas en invierno para evitar el clima frío y riguroso de las zonas altas.
La huia se alimentaba tanto sola como en parejas o pequeñas bandadas de hasta cinco aves, que probablemente eran grupos familiares.
El macho tenía una musculatura craneal bien desarrollada que le permitía cincelar la madera podrida y explorar haciendo grandes movimientos.
[24] Una vez que el ave había asegurado su comida volaba a una percha con el insecto en sus garras.
La huia despojaba a su presa de las partes duras, entonces lo arrojaba hacia arriba, lo atrapaba con el pico y se lo tragaba.
[29] Es difícil establecer el espectro de frutos consumidos por la huia:[29] los del hinau (Elaeocarpus dentatus), el porokaiwhiri (Hedycarya arborea) y varias especies de Coprosma fueron registrados por Buller,[29] y también se registró que comían frutos del kahikatea (Dacrycarpus dacrydioides).
[20] Se decía que las llamadas de ambos sexos eran diferentes, aunque no hay detalles al respecto.
Las llamadas se emitían con el cuello estirado y el pico en un ángulo de 30 a 45 grados con la vertical.
[20] Walter Buller registró que en una pareja domesticada siempre se mantenían cerca el uno del otro, emitiendo constantemente un «gorjeo bajo y afectivo», incluso en cautividad.
Las hembras se dejaban manipular estando en el nido,[8] y así las aves podían capturarse fácilmente a mano.
[41] La huia ocupaba toda la isla Norte antes de que llegaran los seres humanos a Nueva Zelanda.
Se deforestó masivamente la isla Norte en esa época, particularmente en las regiones bajas del sur de Hawke's Bay, Manawatu y Wairarapa, al despejar los colonos tierras para la agricultura.
[3] Como esta ave pasaba mucho tiempo en el suelo sería especialmente vulnerable a los mamíferos depredadores.
[20] La caza desenfrenada e insostenible no estaba solamente motivada económicamente, además tuvo un aspecto más filosófico y fatalista.
Se observaron descensos dramáticos en los años 1880 en los montes Puketoi, el valle del Hutt, los Tararuas y el área de Pahiatua-Dannevirke.
[13] Informes sin confirmar bastante creíbles sugieren que la extinción de la especie se produjo poco después.