Hermann Schlegel, director del museo de historia natural de Leyden, le animó mucho, y en 1864 le mandó a África Oriental en misión científica.
Pasó en Inglaterra el resto de su vida, dedicándose a la ilustración de aves y otros animales, siendo su obra publicada en multitud de artículos y libros científicos.
[2] Aprendió a pintar de manera autodidacta.
Fue un ilustrador muy prolífico, más que cualquiera de sus contemporáneos.
Buena parte de su obra resulta similar en su composición, esto es debido a las necesidades de sus patrones y a que por lo general trabajaba a partir de las pieles; pero algunas otras de sus obras demuestran que era capaz de un trabajo mucho más creativo que el que solía publicar.