Las gestiones diplomáticas dirigidas personalmente entre Lorenzo de Médici y el tradicional defensor del papa, Fernando I de Nápoles, trajeron inesperadamente la paz en 1480, provocando el descontento por igual en venecianos y el papa Sixto IV.
La República de Venecia había zanjado sus conflictos contra el Imperio Otomano con la firma del Tratado de Constantinopla en 1479, y se encontraba libre para volver su atención hacia la península Italiana.
Girolamo Riario se disponía a tomar Faenza, mientras que Venecia ganaría Reggio y Módena.
El condottiero Roberto Sanseverino, quien hasta hacía muy poco tiempo luchaba contra Ludovico el Moro, se puso al mando de las tropas venecianas y atacó el territorio de Ferrara desde el norte.
En los Estados Papales, los Colonna se aprovecharon del caos reinante y libraron batallas campales contra sus enemigos Della Rovere.
El tratado fue ratificado con una paz exclusivamente entre Nápoles y el papa firmada el 12 de diciembre.
Ercole consiguió evitar que los Estados Papales absorbiesen Ferrara, sede de los d'Este.
Bagnolo supuso la mayor extensión de la República de Venecia, que nunca volvió a tener control sobre un territorio tan extenso ni volvió a tener tanta influencia como la alcanzada en la segunda mitad del siglo XV.
La gota que sufría le subió hasta el corazón, y al día siguiente— 12 agosto 1484— falleció".