En todo el término municipal, el suelo predomina rocas volcánicas muy antiguas en que predomina el granito como la roca más destacable, sobre un suelo lleno de depósitos sedimentarios marinos que data del Eoceno y del Oligoceno; debido a corrientes marinas lleno de sedimentos provocando la formación de los flyschs, dentro del término municipal.[5] Suele tener inviernos muy fríos, y veranos moderadamente calurosos; con una precipitación media anual de 600mm.[7] Un hecho fundamental para la tradición local se produjo en el año 1415 cuando, de camino hacia Francia, visitó la villa el dominico valenciano fray Vicente Ferrer, posteriormente canonizado, quien al parecer recaló en Graus invitado por Berenguer de Bardaxí.Junto con el santo vino Pedro Cerdán, fraile dominico al que según la tradición San Vicente Ferrer le devolvió el habla y el oído.[7] En 1588, Felipe II estableció la celebración de una feria semanal todos los lunes que ha perdurado hasta ahora.Las tropas borbónicas ocuparon la localidad, destruyeron uno de sus puentes y la convirtieron en base para operaciones militares.Es en esta época cuando se realizó la segunda gran ampliación urbana, con la construcción de la calle Barranco.Al estallar la Guerra Civil, Graus quedó en la zona republicana, con predominio del movimiento anarquista.Posteriormente, en los años 60, sufrió al igual que en el resto del país el éxodo rural hacia las grandes ciudades.De ella cabe señalar las casas Heredia, del Barón, Bardaxí, Capucho y el ayuntamiento, la cual es la más antigua.El templo consta de un albergue y una estupa construida al estilo tradicional tibetano.[5] Las siguientes rutas de senderismo pasan por la localidad: GR-1 y PR-HU 73 (finaliza en Graus su recorrido).