Junto con F. virginiana, es la progenitora del fresón o frutilla ananá (F. × ananassa), la variedad más consumida actualmente.
Es una planta de crecimiento postrado, que coloniza el terreno extendiendo sus estolones (tallos rastreros).
[2] Esta especie fue introducida con éxito en Ecuador y Perú durante el siglo XVI[cita requerida].
No fue hasta comienzos del siglo XVIII que algunos ejemplares de esta especie fueron llevados a Europa.
La especie se encuentra también en costa occidental de Estados Unidos y Hawái[cita requerida].
A fines del siglo XVI, el escritor Pedro de Oña la refirió en su obra Arauco Domado en 1596.
En 1714, Amédée-François Frézier, ingeniero militar al servicio de Luis XIV, llevó algunos ejemplares a Europa.
En 1788, el abate Juan Ignacio Molina describió la frutilla e hizo referencia a su nombre mapuche como quelguén.
En ese período Molina residía en Europa e informó del cultivo de esta especie en Bolonia (Italia), París (Francia), y en Chelsea (Inglaterra).
[2] El naturalista francés Claudio Gay en 1844 hizo referencia al cultivo de la frutilla o fresa de Chile llamada quellghen por los mapuches, y dio a conocer que en Chile crecía en forma espontánea, especialmente en el sur del país.
Aunque su color se vuelve blanca una vez cultivada, especialmente en el norte del país.
[2] Los primeros híbridos documentados entre F. virginiana y F. chiloensis fueron obtenidos a principios del siglo XVIII en Francia.
Ambas especies son octoploides, y la descendencia que se origina al cruzarlas presenta características intermedias entre las dos.
Esta bebida era considerada la mejor por el autor y menciona que también era apreciada como un regalo entre los mapuches.
A mediados del siglo XIX Claudio Gay menciona que las fresas o frutillas eran abundantes en los campos de los mapuches, quienes la cultivaban y le llamaban quellghen y que con su fruta se preparaba una bebida fermentada.
Coña llama a las frutillas kelleñ y menciona que su nombre antiguo es llaweñ.