Diego de Ocaña

Sin embargo, las enfermedades de fray Martín y su posterior fallecimiento terminaron sumiendo a fray Diego de Ocaña en una crisis que lo mantuvo al borde del fracaso.

Para solventar esta circunstancia, puso en acción el talento artístico que había desarrollado en el Monasterio y comenzó a pintar imágenes de la Virgen de Guadalupe.

Entre sus pinturas más célebres están las hechas en Potosí (1600), Chuquisaca (1601, a la que se le construyó un santuario) y una tercera se halla en Lima, Perú.

Es un humanista que va creciendo en talla intelectual a través de su paso por América.

Hacia la navidad del año 1605, fray Diego de Ocaña se embarcó desde Perú con rumbo a la Nueva España.

Cerro de Potossi , octava maravilla del mundo. Fray Diego de Ocaña