Esta obra pertenece a la etapa orientalista de Gaudí (1883-1888), periodo en que el arquitecto realiza una serie de obras de marcado gusto oriental, inspiradas en el arte del Próximo y Lejano Oriente (India, Persia, Japón), así como en el arte islámico hispánico, principalmente el mudéjar y nazarí.
[3] En la casa construyó unas escaleras monumentales, un mirador, un templete y un picadero al aire libre.
En el transcurso de la remodelación, se perdieron las reformas realizadas por Gaudí en la casa.
[8] Gaudí hizo un proyecto de aire oriental, que recuerda en ocasiones al arte mudéjar.
Encima del dragón hay un naranjo hecho de antimonio, alusivo también a las Hespérides.
[10] Según diversos testimonios, originalmente este dragón era polícromo, y tenía un mecanismo para articular sus garras.