En astronomía una estrella compacta (en algunas ocasiones objeto compacto, clasificación que también puede incluir planetas, asteroides, y cometas, al ser junto con ellas, los únicos cuerpos celestes que pueden existir a bajas temperaturas) se refiere colectivamente a enanas blancas (y sus versiones ya apagadas, las enanas negras), estrellas de neutrones, agujeros negros, estrellas-Q, estrellas de quarks, y estrellas de preones (estos tres últimos hipotéticos).[1] A diferencia de una estrella típica, éstas no contrarrestan la gravedad mediante la presión generada por reacciones de fusión nuclear en su interior, y tales objetos son, por tanto, el resultado del agotamiento del combustible nuclear de las estrellas, lo que explica que sean frecuentemente conocidas como remanentes estelares.En casos extremos (agujeros negros) el objeto es incapaz de sostenerse a sí mismo, formando así una singularidad espaciotemporal.Hipotéticamente también podrían existir las estrellas de quarks (las cuales tendrían una densidad intermedia entre estrellas de neutrones y agujeros negros estelares), aunque es una idea que aunque no haya sido comprobada en la actualidad, tampoco ha podido ser descartada.Cuando esto ocurre, la estrella colapsa por su propio peso y sufre el proceso de muerte estelar.[2] Según los conocimientos más recientes, las estrellas compactas también podrían formarse durante la separaciones de fase del Universo primitivo que siguió al Big Bang.[3] Los orígenes primordiales de los objetos compactos conocidos no se han determinado con certeza.El equilibrio se desplazaría hacia núcleos más pesados y ricos en neutrones que no son estables en las densidades cotidianas.A medida que aumenta la densidad, estos núcleos se vuelven aún más grandes y menos unidos.A esa densidad, la materia sería principalmente neutrones libres, con una ligera dispersión de protones y electrones.Si el centro está compuesto principalmente por magnesio o elementos más pesados, el colapso continúa.[4][5][6] A medida que la densidad aumenta, los electrones restantes reaccionan con los protones para formar más neutrones.El colapso continúa hasta que (a mayor densidad) los neutrones se vuelven degenerados.[7][8][9] Esta es la explicación para las supernovas de tipo Ib, Ic, y II.Una vez que la presión de la estrella es insuficiente para contrarrestar la gravedad, se produce un colapso gravitatorio catastrófico en milisegundos.En ese momento ninguna energía o materia puede escapar y se ha formado un agujero negro.Una estrella exótica es una estrella compacta hipotética compuesta de algo más que electrones, protones y neutrones equilibrados contra el colapso gravitatorio por presión de degeneración u otras propiedades cuánticas.Sin embargo, puede ser posible detectarlos por la radiación gravitatoria emitida por un par de estrellas bosónicas en órbita conjunta..[12][13]