El Gran Desgarro o teoría de la expansión eterna se remonta a los filósofos griegos precientíficos como por ejemplo Leucipo, quien argumentó que todo el universo está compuesto de átomos y huecos.
Una conceptualización moderna de las moléculas comenzó a desarrollarse en el siglo XIX junto con evidencia experimental para los elementos químicos puros y cómo los átomos individuales de diferentes sustancias químicas tales como hidrógeno y oxígeno pueden combinarse para formar moléculas químicamente estables, tal como la molécula del agua.
Si el universo contiene suficiente energía oscura, podría acabar en un desgarro de toda la materia.
Luego la gravedad sería demasiado débil para mantener integrada cada galaxia, y 60 millones de años antes del fin, solo habría estrellas aisladas.
A diferencia del Big Crunch, en el que todo se condensa en un solo punto, en el Big Rip el Universo se convertiría en partículas subatómicas flotantes que permanecerían para siempre separadas, sin cohesión gravitatoria ni energía alguna.