La toma de Cartagena, episodio clave de la segunda guerra púnica en la península ibérica, se narró por primera vez en las Historiae de Polibio (mediados del siglo II a. C.);[1] y se desarrolló posteriormente en la literatura latina (Tito Livio, Floro, Silio Itálico, Apiano, Dion Casio),[2] con secuelas hasta el siglo VI.
Tomando como base el primitivo texto de Polibio, Tito Livio retomó el asunto en su Ab Urbe condita libri (finales del siglo I a. C.).
Escipión, joven y mujeriego, está tentado de quedarse a la joven para sí; no obstante, da orden de devolverla a su padre, consignando el rescate como dote para las bodas.
Para la ocasión, Händel contó con un elenco del más alto nivel: la diva Francesca Cuzzoni, como la princesa Berenice, y los sopranos castrati rivales Senesino como Alucio y Antonio Baldi como Escipión.
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