Tragedia de Armero

Los lahares aumentaron su velocidad en los barrancos cercanos y se encaminaron hacia los cauces de los seis ríos que nacían en el volcán.Esta fue la segunda erupción volcánica más mortífera del siglo XX, superada solo por la erupción del monte Pelée en 1902, y el cuarto evento volcánico más mortífero desde el año 1500.Adicionalmente, varias ciudades de Colombia cuentan con programas propios para crear conciencia frente a los desastres naturales.Durante el periodo actual (que comenzó hace 11 000 años), ha entrado en erupción en al menos doce ocasiones, produciendo caída de ceniza, flujos piroclásticos y lahares.La actividad comenzó a declinar en octubre, probablemente porque el nuevo magma había finalizado su ascenso dentro de la estructura volcánica.[14]​ Otro equipo les entregó a las autoridades locales sismógrafos, pero sin darles instrucciones de cómo operarlos.[16]​ En septiembre de 1985, cuando los terremotos y las erupciones freáticas sacudían la zona, las autoridades locales comenzaron a planear una evacuación.En octubre se terminó un mapa de riesgo para el área circundante del nevado,[n. 1]​ mapa que resaltaba el peligro que representaba la caída de materiales como ceniza y rocas en Murillo, Santa Isabel y Líbano, así como el riesgo de lahares en Mariquita, Guayabal, Chinchiná y Armero.Aunque el mapa era de color azul, verde, rojo y amarillo, no contenía ninguna leyenda acerca de qué representaba cada color, y Armero estaba en la zona verde (lo que se creía era la zona más segura).El director local de la Defensa Civil Colombiana, quien fue rápidamente informado de la situación, contactó con Ingeominas, organismo que determinó que el área debía ser evacuada; a continuación se le dijo que debía contactar a los directores de la Defensa Civil en Tolima y Bogotá.El agua de tales lagos suele ser extremadamente salada y puede contener gases volcánicos disueltos.[13]​ Los lahares, formados de agua, hielo, pumita y otras rocas,[25]​ incorporaron arcilla a su composición al erosionar el terreno por el que pasaban mientras descendían por las vertientes del volcán[26]​ a una velocidad promedio de 60 km/h, desprendiendo rocas y destruyendo vegetación.Un sobreviviente afirmó haber ido a la estación de bomberos y allí le informaron que la ceniza «no era nada».Se escuchó un fuerte estruendo proveniente de la montaña, pero los residentes estaban más preocupados por lo que ellos creían era solo una inundación.Un tercer gran pulso le permitió al lahar durar cerca de dos horas.El lodo se introducía fácilmente en las heridas abiertas y en otros orificios corporales, —ojos, orejas y boca— con suficiente presión como para inducir asfixia traumática en uno o dos minutos a cualquier persona enterrada en este.[25]​[27]​ Aproximadamente 230 000 personas se vieron afectadas, 20 000 quedaron sin hogar y 110 km² de terrenos fueron perjudicados.[30]​ La tragedia de Armero, como se conoce al evento, fue el segundo desastre volcánico más mortífero del siglo XX, superado solo por la erupción del monte Pelée en 1902,[31]​ y el cuarto más mortífero registrado desde 1500.[15]​ Los lahares dejaron tras de sí una masa gris que cubría la totalidad del pueblo.[36]​ Mientras las noticias de la catástrofe se extendían por el mundo, la campaña presidencial, para entonces en curso, se detuvo, y los grupos guerrilleros detuvieron temporalmente su actividad «en vista de la dolorosa tragedia que ha caído sobre nuestra nación».Las víctimas restantes fueron dirigidas a hospitales en Ibagué, ya que los ubicados en la región habían sido destruidos o se encontraban en riesgo de quedar sepultados por un nuevo lahar.[42]​ Para empeorar la situación, la carretera y varios puentes que conectaban a Armero fueron destruidos por los lahares.Seis poblados cercanos levantaron clínicas improvisadas divididas en áreas de tratamiento y refugios para los damnificados.[7]​ El desastre obtuvo notoriedad a nivel mundial en parte por una fotografía tomada por Frank Fournier en la cual aparece una joven llamada Omayra Sánchez, quien estuvo atrapada entre los escombros durante tres días antes de morir.Omayra llamó la atención de los reporteros en el lugar debido a su dignidad y coraje, y causó controversia cuando la gente se preguntó por qué los periodistas no hicieron nada para salvarla (lo cual era imposible sin herramientas).Un llamamiento al gobierno para conseguir una bomba hidráulica que evacuara el agua que la rodeaba no fue atendido, y Omayra sucumbió a la gangrena y a la hipotermia tras pasar sesenta horas atrapada.Su muerte sintetizó la naturaleza trágica de lo sucedido en Armero: ella pudo haber sido salvada si el gobierno hubiese actuado con prontitud y si hubiese prestado atención a los llamamientos sobre el peligro del volcán.Durante meses, Rodríguez hizo llamados a diversas autoridades, incluyendo a varios congresistas, al entonces gobernador del Tolima, Eduardo Alzate García, y al ministro de minas Iván Duque Escobar.[51]​ Reportes de los ministerios de minas, defensa y obras públicas, «afirmaban que el gobierno estaba al tanto del riesgo del volcán y que estaba actuando para proteger a la población».[53]​ Los lahares constituyen una seria amenaza para los poblados de Honda, Mariquita, Ambalema, Herveo, Villahermosa, Puerto Salgar y La Dorada.
El Nevado del Ruiz emanando vapores. Esta foto fue tomada en septiembre de 1985, dos meses antes de la tragedia.
Las zonas más afectadas por la erupción del Nevado del Ruiz. El mapa muestra el recorrido que siguió el lahar desde el volcán hasta Armero.
Cima del Nevado del Ruiz a finales de noviembre de 1985.
Aspecto de Armero tras la tragedia.
Armero se localizaba en el centro de esta fotografía, tomada a finales de noviembre de 1985.
Solo unas pocas estructuras se mantuvieron en pie en Armero tras las corrientes de lodo que arrasaron con el pueblo.
El Nevado del Ruiz dos semanas después de la erupción.
El Nevado del Ruiz visto desde Manizales .