Después de que un lahar demoliese su casa, quedó atrapada bajo los escombros sostenida por el brazo de su tía ya fallecida, permaneciendo en medio del lodo durante tres días.
Los lahares aumentaron su velocidad en los barrancos y se encaminaron hacia los cauces de los seis ríos que nacían en el volcán.
[2] En total 23 000 personas murieron y 13 pueblos además de Armero fueron destruidos.
[4] En septiembre de 1985, debido a los terremotos y erupciones freáticas que sacudieron la zona alrededor del volcán, los funcionarios comenzaron a planificar la evacuación del área.
[5] Henry Villegas del Instituto Colombiano de Minería y Geología declaró que los mapas demostraban claramente que Armero se vería afectado por los lahares, pero "se encontró con la fuerte oposición de los intereses económicos".
Omayra Sánchez vivió en el barrio de Santander junto a sus padres Álvaro Enrique y María Aleida, su hermano Álvaro Enrique y su tía María Adela Garzón.
La noche del desastre, Omayra y su familia estaban despiertos, preocupados por la caída de cenizas, cuando oyeron el sonido que se aproximaba de un lahar.
[15] Las fuentes difieren en cuanto al grado en que Omayra estuvo atrapada.
En la entrevista, Omayra Sánchez había dicho sus últimas palabras a su mamá: «Madre, si me escuchas, quiero que reces por mí para que todo salga bien».
En un momento pidió a las personas dejarla, para que pudiera descansar.
Horas más tarde, los trabajadores regresaron con una bomba y trataron de salvarla, pero sus piernas estaban dobladas en el concreto como si estuviera de rodillas, y era imposible liberarla sin cortar sus piernas.
El proceso de rescate se vio obstaculizado por las grandes multitudes y la desorganización.
Fournier más tarde describió la ciudad como "muy inquietante", con "un extraño silencio" interrumpido por los gritos.
Él respondió, "Sentí que era importante para mí reportar la historia y me hizo muy feliz el que hubo algún tipo de reacción; habría sido peor si la gente no se preocupaba por ella.
El sitio fue conmemorado como un memorial con cruces cristianas y un pequeño monumento a Omayra Sánchez.
En los años siguientes a la erupción, Omayra Sánchez ha sido repetidamente conmemorada, especialmente en periódicos como El Tiempo.
[28] Por ejemplo, una banda de punk rock formada en Chile en 2008 se autodenominó Omayra Sánchez; expresando el "descontento que sienten con la negligencia por parte de las personas que en este día y edad dirigen al mundo".
[32] En los últimos años su tumba se ha convertido en un lugar de peregrinación, donde los pobladores piden favores y milagros a su nombre.