Parece que fueron inspirados en los árboles parlantes de muchos folclores del mundo.
Como sucede con la palabra «hobbit», «ent» es un término que en los tiempos modernos es conectado casi exclusivamente con J. R. R. Tolkien, y su uso rara vez evoca en la gente su más temprano significado.
[1] Los ents no se preocuparon en mantener su propia lengua en secreto, ya que ninguna otra raza podía dominarla, debido a su complejidad, vocalización extraña y su lentitud a la hora de trasmitir un mensaje.
Los ents son criaturas con forma arbórea, similar a la de los árboles que cuidan.
En la Tercera Edad de la Tierra Media, el bosque de Fangorn es aparentemente el único lugar donde habitan los ents, aunque los ucornos (ents que han perdido su movilidad y que poco a poco se transforman en árboles) pueden haber sobrevivido en cualquier otro lado, como el Bosque Viejo (El viejo Hombre-Sauce, similar en apariencia, no es sin embargo un ucorno: es un auténtico árbol, el más viejo del bosque, según lo describe Tolkien).
Dijo que eran más poderosos que los troles, a quienes Morgoth (en los días antiguos de la Primera Edad) hizo supuestamente como imitación de ellos, sin poder igualar, no obstante, su fuerza.
Este dijo que "Tiempo atrás una ardilla podía transportar una nuez de árbol a árbol desde Rivendel hasta el Gran Mar...", indicando implícitamente que toda la región de Eriador, fue una vez un único y vasto bosque virgen, del cual el Bosque de Fangorn era sólo "el límite al Este del mismo" según Bárbol.
Hubo una época en la que también había Ents mujeres, pero éstas comenzaron a desplazarse lejos de los Ents, porque a éstos les gustaban los bosques salvajes y las montañas, mientras que ellas preferían cuidar los jardines y la horticultura.
Destruyeron Isengard en un asalto general y atraparon a Saruman en la torre de Orthanc.
Los Ents no son criaturas precipitadas, se toman su tiempo; incluso su lenguaje es "poco precipitado" puesto que algo que valga la pena ser dicho debe tomar tiempo, como declaran en su sabiduría antigua.
Incluso los elfos, lingüistas expertos, no podían entender el éntico antiguo, ni lo intentaron grabar debido a su compleja estructura sonora.
La estructura gramatical del éntico antiguo era absolutamente extraña, muchas veces descrita como una lenta y larga discusión sobre algún tema.
Ramaviva era considerado como un ent muy "apresurado" por contestar una pregunta antes de que el formulador hubiera concluido: el final podría haber sido solo una hora más.
Estos encontraron que el lenguaje élfico quenya era una lengua encantadora, y la adaptaron bajo su modo para el uso diario.