Tierras Pardas

En el universo ficticio creado por el escritor J. R. R. Tolkien, las Tierras Pardas constituyen una región cargada de historia y leyenda.

Se trata de una vasta y abandonada región que se extiende entre el Bosque Negro del Sur y las colinas de Emyn Muil; su frontera occidental estaba ubicada, básicamente, alrededor de los dos grandes meandros del Anduin y sobre las márgenes orientales del mismo.

Hacia el este las Tierras Pardas se elevaban en «planicies desiertas, sobre las que soplaba un viento helado del este» hasta llegar casi a la altura de los bordes orientales del Bosque Negro.

Durante muchos años la región se mantuvo a resguardo, gracias a la acción de los aliados, que hasta participaron en la Lucha entre parientes, que comenzó en 1432 T. E.

A finales de la Tercera Edad, cuando la Compañía del Anillo descendió navegando por el Anduin, las Tierras Pardas se caracterizaban por su desolación, su falta casi total de árboles y por su terreno surcado de lomas que “(…)parecían resecas y quemadas, como si un fuego hubiese pasado sobre ellas y no hubiera dejado con vida ni una sola hoja verde: era una región hostil donde no había ni siquiera un árbol quebrado o una piedra desnuda que aliviaran aquella desolación”.