Fue el heredero presuntivo al trono británico entre 1760, año del ascenso al trono de su hermano, el rey Jorge III, hasta 1762, año del nacimiento de Jorge, hijo primogénito de Jorge III.
Su personalidad era descrita como muy tonto, frío y charlatán además de que le gustaba practicar bromas.
[2] Eduardo mostró mucho interés por los asuntos navales y pidió permiso para participar en la Royal Navy, participó en los descensos navales contra la costa francesa participando en el fallido Raid en St Malo, que terminó en la Batalla de Saint-Cast en 1758.
La alcoba del Estado donde murió el duque enfermo se conoce desde entonces como la Sala York.
[7] Después de su muerte, su cuerpo fue devuelto a Londres a bordo del HMS Montreal y está enterrado en la Abadía de Westminster.