Es decir: por un lado el dirigido sabe que solo recibe consejos (no órdenes), y por otro también es consciente de que con frecuencia el Espíritu Santo se valdrá del director para transmitirle inspiraciones y sugerirle propósitos de cara a avanzar en el camino de su santidad.
Entendida en un sentido amplio, dirección espiritual es la ayuda que le presta al fiel cualquier otro cristiano a la que aquel solicita consejo: el confesor, los padres (cuando aconsejan acerca de asuntos espirituales), etc.
Además, se sobrentiende que para que haya propiamente dirección espiritual es necesario que antes el dirigido haya comunicado su intimidad (al menos en parte) al director: si los consejos se realizasen en base al comportamiento externo del dirigido no se hablaría de dirección espiritual.
Otros ejemplos los encontramos en cínicos, epicúreos —que utilizaban la forma epistolar para este fin (por ejemplo, Metrodoro)— o estoicos —como Marco Aurelio, Séneca, Musonio Rufo o Epicteto en sus Discursos—, que practicaban activamente la dirección espiritual.
La obra de Filodemo Sobre la crítica franca mostraba que la dirección espiritual debía basarse en la libertad de expresión (parrhesia) y en el respeto mutuo entre maestro y alumno.
El término griego original geron (que significa "anciano", como en gerontología) se tradujo por la palabra rusa starets, del eslavo de la Antigua Iglesia starĭtsĭ, "anciano", derivado de starŭ, "viejo".
[1] Escritores como Nikolái Gógol, Aleksey Khomyakov, Leo Tolstoy y Konstantin Leontyev pidieron consejo a los ancianos de este monasterio.
Un mashgiach ruchani es el papel equivalente entre los seguidores de la tradición Mussar.
El propósito del Hashpa'ah es apoyar al dirigido en su relación personal con Dios, y profundizar en la capacidad de esa persona para encontrar la presencia de Dios en la vida ordinaria.
Entre los lubavitchers esto se basa en la literatura y la praxis del jasidismo tal como se practica según las normas de Jabad, y en el tradición mística judía en general.
La tutoría espiritual es habitual en el mundo jasídico, pero no necesariamente de la misma manera.
La doctrina afirma que, desde la preexistencia hasta la preeternidad, siempre habrá un Qutb u Hombre Universal sobre la tierra que sería la manifestación perfecta de Dios y seguiría los pasos del profeta islámico Muhammad.