El nuevo rey fue a Barcelona con la intención de mejorar las relaciones, pero aparecieron puntos históricamente conflictivos sobre los que nose llegó a ningún acuerdo y finalmente las Cortes se cerraron en falso.[2] Se aplicaba sobre diversos productos como naipes, cueros y mercaderías estipuladas en los capítulos de concesión.Se acordó que la Generalidad armara dos galeras pAra defender las costas catalanas, pero pronto se vio que la Capitanía General los utilizaba para el transporte de tropas a Italia y acabaron siendo presas a manos de los argelinos.En el terreno jurídico: No obstante, el contenido de mayor importancia fue probablemente la declaración de la legalidad vigente aprobada en Cortes, aunque no se aplicó como ya había pasado con la Constitución de la Observancia: Acabadas las Cortes, Felipe III marchó sin firmar las constituciones, y cuando las remitió firmadas, había modificado algún capítulo.Finalmente, el rey destituyó al virrey y puso en su lugar a un hombre de consenso: el arzobispo de Tarragona Joan Terès i Borrull.