Nació en Malinas (Países Bajos) y fue el único hijo que sobrevivió del I duque, pues su hermano Pedro nacido en Zafra en 1565 murió a los tres meses de vida.
Cuando murió su padre, tenía solo doce años y aún no había sido adecuadamente instruido en la carrera de cortesano, cosa de la que se ocupó su madre, Jane Dormer, que le inculcó además su profundo catolicismo, y su tío el obispo de Sigüenza.
Sirvió a Felipe II y Felipe III como embajador extraordinario en Roma (1591-1592) en tiempos del papa Clemente VIII del que consiguió reliquias e indulgencias, embajador extraordinario en Francia (1593-1595), virrey y capitán general de Cataluña (1596-1602), virrey de Sicilia (1603-1607).
Contrajo un tercer matrimonio, en 1586, con Isabel de Mendoza, hija del duque del Infantado y con la cual tuvo a su heredero Gómez Suárez de Figueroa, en 1587 y le hizo asentar definitivamente la cabeza, lo que le permitió que se dedicara en lo sucesivo a sus importantes tareas políticas, pero sin alcanzar la altura y brillo que alcanzó su padre.
Le sucedió su hijo Gomes IV Suárez de Figueroa y Córdoba.