Quizá una de las constelaciones más conocidas, Leo contiene muchas estrellas brillantes, destacando entre ellas α Leonis, llamada Regulus o Régulo («pequeño rey» en latín); en la antigüedad recibió el título de «corazón del león», siendo conocida en la antigua Grecia como Cor Leonis y en la astronomía árabe como Al Kalb al Asad.En torno a la gigante naranja orbita un planeta con una masa al menos 8,8 veces mayor que la de Júpiter.δ Leonis (llamada Zosma o Duhr) y θ Leonis (Chertan o Chort) son estrellas blancas similares a Denébola: la primera también gira sobre sí misma a gran velocidad, lo que hace que su forma no corresponda a una esfera perfecta, estando achatada por los polos.[7][29] 83 Leonis es una binaria en cuya componente principal, también una gigante naranja, se ha detectado un planeta que tiene un período orbital de 17 días.[32][33] Por otra parte, Gliese 436, enana roja llamada Noquisi[7] situada a 33 años luz de la Tierra, alberga un sistema planetario con al menos un planeta (Gliese 436 b) cuyo tamaño es comparable al de Neptuno.[37] En Leo se encuentra Wolf 359, la cuarta estrella más cercana al sistema solar, a 7,8 años luz de distancia.Formada casi en su totalidad por helio e hidrógeno, tiene una ínfima proporción de otros elementos químicos y resulta especialmente sorprendente la casi total ausencia de litio.Leo contiene muchas galaxias brillantes, estando cinco de ellas incluidas en el catálogo Messier: M65, M66, M95, M96 y M105.Considerablemente mayor que M65, M66 posee sus brazos espirales deformados, probablemente como consecuencia de interacciones con las galaxias vecinas.[47] M96, situada a 35 millones de años luz,[48] posee igual masa y tamaño que la Vía Láctea, si bien es una galaxia muy asimétrica: su gas y polvo se distribuyen de manera desigual a lo largo de sus brazos espirales, mientras que su núcleo no está exactamente en el centro galáctico.Podría ser la galaxia esferoidal más joven de las que giran en torno a la Vía Láctea.La primera versión, menos conocida, nos dice simplemente que fue puesto entre las estrellas porque se le considera el rey de las bestias[60] o acaso fue Zeus el responsable.Por este motivo llevaba puesta su piel, convencido de que había realizado un hecho memorable.[61] En Mesopotamia, simbolizaba el fuego y la culminación del caldeamiento solar en el hemisferio norte.