[2] En 1933 fue el primero en sugerir la presencia de una materia invisible entre las galaxias, siguiendo sus observaciones en el Observatorio del Monte Wilson, localizando siete casos en el cúmulo de Coma, pero no pudo convencer a sus colegas sobre la importancia de su descubrimiento, que permaneció olvidado por casi cuarenta años.
Su mente no convencional dio origen a algunas ideas extravagantes, como cuando en 1948 propuso convertir otros planetas en habitables cambiando su órbita alrededor del Sol, con el fin de ajustar la temperatura de su superficie.
Su dinero fue decisivo para la financiación del Observatorio Palomar durante la Gran Depresión.
Zwicky era crítico con la religión y consideraba inaceptable atribuir los fenómenos naturales a Dios.
[7] Se le recuerda a la vez como un genio y un cascarrabias.
[8] Uno de sus insultos favoritos era referirse a las personas que no le caían bien como "bastardos esféricos", porque, según explicaba, eran bastardos se miraran por donde se miraran.
Zwicky, junto con su esposa Margaritha, también elaboró un importante catálogo de galaxias compactas, a veces denominado simplemente El Libro Rojo.