Esto permite poder analizar los objetos amplificados por la lente mediante las técnicas habituales de fotometría o espectroscopia astronómicas.
[2][3][4][5] Un astro masivo, como un agujero negro o una galaxia, deforma el espacio-tiempo, según las leyes de la relatividad general.
(Si el observador está muy lejos, el efecto será despreciable y la fuente de fondo se verá casi con normalidad).
Así, por ejemplo, si una galaxia cercana y un cuásar lejano se encuentran en la misma línea de visión, es decir, exactamente en la misma dirección del cielo con respecto al observador, la luz del cuásar se desviará fuertemente al pasar cerca de la galaxia.
Las lentes gravitacionales pueden utilizarse como en un telescopio para observar la luz procedente de objetos muy lejanos.
Lyngs y Petrosian publicaron su descubrimiento varios años después, en 1986, sin conocer el origen del arco.[8].
En 1988, los radioastrónomos del Very Large Array descubrieron una lente gravitatoria en forma de anillo, MG 1131+0456, coherente con la teoría.
El primer análisis de las lentes gravitatorias creadas por cúmulos fue realizado en 1990 por un equipo dirigido por Tyson.
En 2000, un amplio estudio que utilizaba observaciones del Sloan Digital Sky Survey presentó resultados significativos de lentes galaxia-galaxia.[14].
Ese mismo año, cuatro grupos independientes publicaron la primera detección de cizalladura cósmica.[15],[16],[17],[18].
Su observación debería aportar nuevos datos sobre la constante de Hubble y la energía oscura.[20],[21].
La amplificación máxima se produce cuando la galaxia (o en este caso una parte brillante de la misma) esta exactamente detrás del agujero negro.
Como resultado, los efectos de cizallamiento en lentes débiles deben determinarse por orientaciones estadísticamente preferidas.
[27] Las principales ventajas del KSB son su facilidad matemática y su aplicación relativamente sencilla.
Sin embargo, la KSB se basa en la suposición clave de que la PSF es circular con una distorsión anisotrópica.