Concilio de Agda

Fue presidido por Cesáreo de Arlés, bajo autoridad del papa Símaco.

Contó con la asistencia de 35 obispos, 24 personalmente y 11 representados por sacerdotes o diáconos: Mientras Trasamundo, rey de los vándalos, perseguía fuertemente a los católicos en África para llevarlos más fácilmente a la apostasía, Alarico II, rey visigodo y arriano como él, permitió a los obispos católicos de la Galia celebrar un concilio en Agda.

Los obispos de España no pudieron acudir a la convocatoria, por lo que fueron emplazados a un nuevo concilio en Toulouse para un año después.

Sin embargo, poco se sabe de ese concilio y probablemente ni siquiera llegó a celebrarse, puesto que los visigodos fueron derrotados y prácticamente expulsados de la Galia en la batalla de Vouillé en abril de 507, dónde murió el propio rey Alarico a manos del franco Clodoveo.

Sus cuarenta y siete cánones auténticos se ocupan de la disciplina eclesiástica.