La escuadra imperial cruzó su rumbo y Brown retrocedió río abajo con viento del sudeste.
Obligado a dar batalla, a las 16 se inició un fuerte cañoneo que duró hasta la noche, en que la oscuridad y la llegada del cuerpo principal de la escuadra enemiga obligaron a suspender la acción "que fue sostenida con tezon y bravura, salvándonos, sin embargo de haber perdido el mastelero de belacho, el bergantín goleta 8 de Febrero."
El 8 de febrero, que había perdido el mastelero, quedó rezagado pero consiguió retirarse mientras que los enemigos no pudieron llevar la persecución más allá del banco de Monte Santiago.
En el mismo, agregaba que "el día de ayer llegó la vileza brasilera á su colmo, pues no siendo capaces de vencernos, se envilecían arrastrando nuestro pabellón por el agua; acción tan baja, no pudo menos que exasperarme, y contra mi carácter y principios, hice é hicieron mis demás buques otro tanto con la brasilera".
El ministro Ramón Balcarce respondería manifestando el beneplácito del gobierno no solo "por el resultado favorable que ha tenido la empresa, sino también por el denuedo é intrepidez, con que ha sido sostenido el honor del pabellón nacional, en medio de la visible superioridad de la escuadra brasilera."