Combate de Ensenada (1827)

La Carioca parecía varada pues la rodeaban 6 balandras, las que habían sido recientemente capturadas en el Los Caracoles delta del Paraná por los imperiales.

Botas no esperaba el ataque de un enemigo de inferior potencia de fuego y su flota no estaba preparada para enfrentarlo por lo que se batió en desordenada retirada, dejando encallada a la corbeta que pudo zafar a tiempo y juntarse con sus consortes, pero al precio del corsario y sus 6 presas.

Tras despachar las capturas al puerto, Brown volvió a lanzarse sobre Botas quien esta vez mantuvo el combate, que duró hasta el mediodía.

Cuando el Almirante la observó estrechada entre las dos corbetas por no haber podido virar, corrió en su auxilio lo mismo que el Balcarce, haciendo al mismo tiempo la señal a Rosales de moverse y cañonear al enemigo; así que éste pasó a popa de la Carioca y le envió sus disparos causando considerable estrago.

[2]​ Al día siguiente los brasileños relajaron el bloqueo y amanecieron fondeados a gran distancia de balizas exteriores para reparar sus buques.