Si bien las sociedades dominadas por las mujeres podrían describir comportamientos hembristas, siempre con intención feminista y de género (como cuando en las distopías se presentan sociedades no deseadas, para hacer pensar sobre la actualidad y sobre futuros no deseados), aunque muchas distopías son precisamente una visión pesimista de un mundo dominado por el machismo.
Ningún otro género invita tan activamente a crear recreaciones de las metas finales del feminismo: mundos libres de sexismo, mundos en los que las contribuciones de la mujer (a la ciencia) sean reconocidos y valorados, en los que se reconozca la diversidad del deseo y la sexualidad femenina, y mundos que se muevan más allá del género.
[4] En los años 60 la ciencia ficción tomó un rumbo distinto, combinando el sensacionalismo existente hasta el momento con una crítica social basada en la especulación tecnológica y la política.
[7] Octavia E. Butler plantea complicadas preguntas sobre la naturaleza de la raza y el género en su libro Kindred (1979).
El sueño de la Sultana, retratando una purdah con los géneros invertidos, un mundo futurista y alternativo, fue publicada en 1905 por la bengalí feminista musulmana Roquia Sakhawat Hussain.
La ciencia ficción feminista se aventuró también en los nuevos soportes del anime, manga y las novelas gráficas.
Otros personajes como Sailor Moon, una adolescente con poderes para transformarse en magical girl que lucha contra las fuerzas del mal para proteger a aquellos a los que quiere, hizo su aparición en las estanterías de las tiendas de cómics en 1992, un comienzo para que otros personajes femeninos hicieran aparición en obras de todo el mundo.