Se trata tanto en escultura como en pintura, así como en muy distintas técnicas y materiales.[2] El número total de escenas es potencialmente muy alto en el Gótico temprano; Lafontaine-Dosogne, una autoridad en la materia, lista un total de 53 escenas anteriores a la Anunciación solo en el arte occidental, aunque solo un único ejemplo (un manuscrito iluminado alemán del siglo XIII) las contiene todas, y es posible que solo unos pocos más puedan haber existido.[3] Las escenas apócrifas se fueron haciendo cada vez menos frecuentes hacia finales de la Edad Media.Ciertos hechos de la Vida de la Virgen se celebran con festividades litúrgicas, y otras no; ese hecho hace que éstas sean mucho más representadas.Cuestiones teológicas y mariológicas también influyeron en las selecciones, especialmente en el caso del Tránsito, que gradualmente fue sustituido en occidente por la Asunción.Aunque las ocho escenas del libro de horas fueron una elección estándar, que siguen los dos ejemplos descritos por Robert Calkins,[10] es notorio que el ciclo mucho mayor que se desarrolla en las Horas de Catalina de Cleves solo coincide con ese esquema estándar en tres escenas.En el arte occidental la fuente más usada es el Pseudo-Mateo; mientras que en Oriente, con ligeras variantes, se prefiere el Protoevangelio de Santiago.Tales ciclos se disponían en lugares preeminentes, pero con el tiempo fueron cediéndolos a las escenas de la Pasión.Schongauer aparentemente la concibió como parte de una serie mucho más grande, pero solo llegó a producir cuatro escenas entre 1470-1475.