Entre las escasas pinturas que se le pueden atribuir con certeza, la principal es un magnífico retablo en la iglesia de San Martín en Colmar.
Esta pintura se identifica como la pequeña tabla anónima adquirida hace pocos años por el Museo Kimbell de Fort Worth.
Sus temas son principalmente religiosos, pero incluyen escenas cómicas de la vida cotidiana tal como Familia campesina acudiendo al mercado o los Dos aprendices peleando [1].
Todos destacan por su tratamiento semejante a una miniatura, su toque brillante y su fuerza cromática.
Por lo general, las impresiones más tempranas y de mayor calidad se conservan en museos.