En 1944 en la antigua iglesia de Santa María foris portas se descubrieron algunos frescos pertenecientes al período lombardo.
Sea por el tema que por la iconografía no se tenían testimonios contemporáneos.
Bognetti, descubridor de los frescos, coloca al autor en el siglo VII y lo considera un pintor oriental de otro rango, llevado consigo por un alto oficial bizantino que se dirigía a Seprio.
La elección iconográfica es particularmente significativa, toda ella dedicada a mostrar la consustancialidad de Cristo, v.gr.
la perfecta unión entre la naturaleza humana -implícita en los temas de la vida de Jesús- y la divina como en la representación del Cristo “Pantocrátor” (imagen particularmente cercana al mundo bizantino: basta pensar en el icono con el mismo tema que se conserva en el monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí).