Casa de las Américas (revista)

Ezequiel Martínez Estrada, Roque Dalton, Ángel Rama, René Depestre, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa o Ernesto Cardenal, fueron de los que más contribuyeron a su desarrollo discursivo.

Coincidieron en sus páginas jóvenes escritores que comenzaban a ser determinantes figuras en el escenario literario nacional y latinoamericano como Calvert Casey, Antón Arrufat, Guillermo Cabrera Infante, Fausto Masó, Oscar Hurtado, César López, Rogelio Llopis, entre otros.

Las convulsiones políticas e ideológicas que caracterizaron los años sesenta también imprimieron su sello en la revista.

En el ámbito político, el llamado camino hacia la unidad se concretaba en 1965 con la fundación del Partido Comunista de Cuba.

A mediados de la década se dieron transformaciones en la revista aparentemente simples pero que estuvieron en consonancia con esta radicalización política e ideológica del gobierno cubano.

Este cambió editorial respondió no solo a una renovación de la nómina, sino también a que Antón Arrufat y Fausto Maso, iniciales responsables, habían sido colaboradores del magazine Lunes de Revolución, el cual tuvo un cierre polémico en 1961 tras la censura del cortometraje P.M.

El nuevo “Comité de colaboración” incluyó a los escritores latinoamericanos Ángel Rama, René Depestre, Roque Dalton, Mario Vargas Llosa, y a los cubanos Edmundo Desnoes, Lisando Otero, Graziella Pogolotti y Ambrosio Fornet.

El número 32 también incluyó una declaración de intelectuales mexicanos que condenaban la agresión norteamericana a República Dominicana.

Algunas de las que se publicaron fueron la encuesta “El papel del intelectual en los movimientos de liberación nacional” en 1966 a la que respondieron Régis Debray, Roberto Fernández Retamar, Manuel Galich, Gonzalo Rojas, Vargas Llosa y la "carta abierta a Pablo Neruda" en 1966 en la cual se criticaba su participación en el Congreso del Pen Club en los Estados Unidos.

Esta publicación recibió financiamiento del Congreso por la Libertad de la Cultura, el cual a su vez era costeado por la CIA, lo que fue interpretado por los intelectuales reunidos en Casa como una ofensiva imperialista en el terreno cultural.

En 1971 también fue encarcelado el poeta Heberto Padilla por presuntas actividades en contra del gobierno cubano lo que llevaría a una fuerte ola de críticas de intelectuales como Mario Vargas Llosa, Jean Paul Sartre, Susan Sontang y Juan Goytisolo.