[3] La historia está vagamente situada en un típico suburbio del actual Medio Oeste estadounidense, lugar probablemente inspirado en la casa natal de Waterson en Chagrin Falls, Ohio.
Calvin y Hobbes nacieron cuando Watterson, cuyo trabajo como publicista detestaba,[8] empezó a usar su tiempo libre desarrollando la que era su gran pasión: dibujar.
Watterson no desistió y, tras varias negativas más, finalmente consiguió que la Universal Press Syndicate aceptara publicarle.
La carta fue publicada el 9 de noviembre: El que tantos diarios hayan publicado a Calvin y Hobbes es algo que siempre me honrará, y estoy muy agradecido por su apoyo e indulgencia a lo largo de la pasada década.
[13] Watterson se sintió aún más frustrado con la desaparición gradual de espacio para las tiras cómicas en los periódicos.
Esta decisión fue criticada por muchos editores y algunos dibujantes, como Bil Keane (The Family Circus), que veían a Watterson como un autor arrogante y reacio a seguir las normas establecidas de la industria de la historieta;[16] críticas que Watterson ignoró.
Watterson llegó a un acuerdo con la editorial y consiguió más libertad creativa para las tiras dominicales.
Antes del acuerdo tenía un número determinado de viñetas, con poca libertad en cuanto a la disposición (la anchura de las viñetas variaba según el periódico en que se publicaban); después del acuerdo podía usar la disposición gráfica que se le antojara, a menudo muy poco ortodoxa.
Watterson, no sin cierta ironía, comentó: «Calculé mal lo popular que podía ser ver a Calvin orinando sobre el logo de Ford».
Según Watterson, los lectores hubieran sido mucho más imaginativos y morbosos que él a la hora de describir estos episodios.
[19] La técnica de Watterson consistía en iniciar el dibujo con unos minimalistas croquis (aunque las tiras dominicales, más extensas, requerían un trabajo más elaborado); después solía usar un pincel de marta cebellina y tinta china para acabar el dibujo.
Cuando la Señorita Carcoma (Miss Wormwood, profesora de Calvin) le reprocha que pierda el tiempo en clase dibujando cosas incomprensibles (por ejemplo, un Estegosaurio montado en una nave espacial), Calvin exclama «mi suspenso me confirma en la punta de la vanguardia».
Esta obra habla del horror de nuestra propia mortalidad», parafraseando el Eclesiastés.
Calvin escribe una biografía revisionista, reclutando a Hobbes para que le haga fotografías que muestren actividades típicas de un niño de seis años, como practicar deporte, para mostrar una infancia ajustada a la normalidad.
En muchas ocasiones, Watterson crea tiras con extrañas deformaciones visuales: colores invertidos, objetos neocubistas, etcétera.
En definitiva, dados los temas eternos que Watterson emplea en sus tiras, su crítica social puede ser importada a la actualidad.
Lector compulsivo de cómics, adora la cultura pop, que incluye ropa moderna o tecnología y su gran pasión son los dinosaurios.
Calvin se ve obligado durante esas fiestas a ser "bueno" si quiere recibir todos los regalos que ha pedido.
Pero cuando la perspectiva gira hacia otro personaje, los lectores solo ven un muñeco de peluche, normalmente sentado en una posición inclinada.
Así describió Watterson a Hobbes: El trabajo más famoso de Thomas Hobbes fue Leviatán, cuya descripción sobre la condición humana remite a la psicología y comportamiento de Calvin tales como «...desagradable, baja y brutal».
[30] Tiene la costumbre de acechar y atacar a Calvin, sobre todo cuando el niño vuelve del colegio.
Su pensamiento se refleja en un irónico comentario: «No sólo hemos de inculcarles disciplina, también tenemos que ser psicólogos».
Al menos una vez cada uno de estos personajes ha sido usado por Calvin para resolver un problema.
Pero otras, como Hobbes, poseen aparentemente una naturaleza dual que roza la frontera entre lo real o lo irreal.
«¡El moralizador debe ser muy potente para encontrarte esa parte!», dice Hobbes, a lo que Calvin replica: «¡Puedo explotarlo fácilmente!».
El resultado es un niño educado, obediente, limpio y buen estudiante, que termina enamorándose de Susie.
Susie comenta: «Si fuera cierto (que eres la parte buena de Calvin) serías mucho más pequeño».
[27] En otra tira posterior vuelve a la Prehistoria para hacer fotos de dinosaurios (su gran pasión).
Mientras descienden van sorteando obstáculos, usados como metáforas paralelas de la conversación («la vida se vuelve borrosa»,[38] dice Calvin en una ocasión, cuando el trineo coge más velocidad).
Finalmente, hay un tomo 10 que contiene una selección de páginas dominicales en edición bilingüe con los facsímiles originales en inglés y los coloreados en español.