Bulimia

[4]​ Posteriormente, el psiquiatra británico Gerald Russell en 1979,[5]​[6]​ retomó el término «bulimia nerviosa» y se le atribuyó su primera descripción completa.

La población en riesgo está formada sobre todo por mujeres de cualquier clase social en zonas industrializadas como: Estados Unidos, América Latina en general, la Unión Europea, Canadá, Australia, Japón, Nueva Zelanda y Sudáfrica.

Por lo general esta enfermedad se da en adolescentes con problemas en su autoestima, es decir, dependen de alguien ya sea un familiar o un particular, muchas veces al perder esta autonomía, la persona la compensa con un control excesivo de la dieta.

Muchos individuos usan diferentes medios para intentar compensar los atracones: el más habitual es la provocación del vómito.

Estos trastornos alimentarios y otras conductas para perder peso pueden causar problemas de salud a corto o largo plazo tales como erosión dental, deficiencias nutricionales, irregularidades menstruales, baja densidad ósea, deshidratación y estrés por calor.

Tanto el DSM-IV como el CIE-10 coinciden en que, para poder diagnosticar la bulimia nerviosa, los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas han de tener lugar al menos 2 veces por semana durante tres meses.

[12]​[13]​ La bulimia suele presentarse junto con un fuerte sentimiento de inseguridad emocional y con problemas graves en la autoestima, en relación directa con el peso o con la imagen corporal (autoimagen).

En general se observa altas puntuaciones en la escala MCMI-II para los siguientes estilos de personalidad:[21]​[22]​[23]​ El tratamiento es más eficaz en las primeras fases del proceso de este trastorno pero, dado que la bulimia suele esconderse fácilmente, el diagnóstico y el tratamiento no suelen presentarse solo hasta que este problema ya se ha convertido en un ingrediente permanente en la vida del paciente.

Pero este procedimiento ya no es frecuente hoy en día, dado que de esa manera solo se ponía atención a lo más superficial del problema y, poco después, cuando los síntomas volvían, lo hacían con una intensidad mucho mayor.

Los antidepresivos se presentan en diferentes formas, y el que ha mostrado resultados más prometedores es la fluoxetina.

Aquellas personas que lo reciban en las primeras fases del trastorno, tendrán una recuperación mejor y más permanente.

Aún no han podido identificarse factores consistentes que permitan predecir el resultado del tratamiento.