Las presentaciones de la vida extraterrestre basadas en estas bioquímicas alternativas son comunes en la ciencia ficción.Las moléculas de quiralidad opuesta tendrían las mismas propiedades químicas que sus formas reflejadas.Así, una bioquímica que incorporara aminoácidos D y/o azúcares L, podría ser posible.Los científicos han especulado sobre la posibilidad de que otro átomo en lugar del carbono formara estructuras moleculares en otro tipo de bioquímica, pero nadie ha propuesto aún una teoría global coherente que utilice tales átomos para formar todos los compuestos moleculares necesarios para la vida.La idea original consiste en sustituir estas enzimas por moléculas basadas en el silicio.Tienen dificultad para formar dobles o triples enlaces covalentes, que son importantes para un sistema bioquímico.Sin embargo, combinado con el nitrógeno, que es casi inerte, puede formar conexiones covalentes P-N mucho más estables y crear un abanico de moléculas, incluidos ciclos.Sin embargo, algunas plantas terrestres como leguminosas pueden fijar el nitrógeno, utilizando las bacterias anaerobias simbióticas contenidas en los nódulos de sus raíces.Algunas algas marinas incorporan el arsénico a las moléculas orgánicas complejas como los azúcares arseniados y las arsenobetaínas.Se especuló que las formas de vida primitivas aparecidas sobre la Tierra habrían podido incorporar el arsénico en vez del fósforo en los nucleótidos.Además de los compuestos del carbono, toda la vida terrestre actualmente conocida exige también el agua como disolvente.Esta propiedad es crucial en muchas reacciones orgánicas y bioquímicas, donde el agua sirve de disolvente, reactivo, o producto.Hay otras sustancias químicas, con las propiedades similares que a veces se propusieron como alternativas al agua (el óxido de hidrógeno).El amoniaco (nitruro de hidrógeno) es generalmente la alternativa al agua más propuesta como disolvente bioquímico.Su tensión superficial es 3 veces más pequeña, y su capacidad reductora de concentrar las moléculas no polares por un efecto hidrófobo.Sin embargo, sería estable en un medio ambiente reductor con una elevada concentración en hidrógeno, por ejemplo.Esta “alta” presión podría ser consistente con una presencia de amoníaco en gran cantidad a una escala planetaria, ya que una atmósfera gruesa se conserva sobre todo en torno a los planetas masivos que están más en condiciones de conservar una parte de su hidrógeno, y en consecuencia las condiciones reductoras favorables a la conservación del amoníaco.Además una atmósfera gruesa protege mejor el amoniaco contra la fotólisis, siendo esta molécula más frágil que la del agua.Todas estas propiedades incitarían a hacer del fluoruro de hidrógeno un candidato para acoger la vida sobre otros planetas.Más aún, si bien los mundos cubiertos por hidrocarburos líquidos pueden tener una síntesis de lípidos por la radiación estelar (como quizá sobre Titán), los mundos con hidrógeno líquido no podrían tener tal síntesis, puesto que a las temperaturas del hidrógeno líquido (entre -240 y -259 °C) todos los elementos distintos del neón, el helio y el propio hidrógeno son sólidos.Los otros compuestos serían precipitados en forma de polvo, por un ciclo del hidrógeno en un medio ambiente planetario, y se incorporarían en el suelo y el sótano en una ganga de hielos (distintas) dura e inerte.