La formamida (también conocida como metanamida) es la amida derivada del ácido fórmico.
Se trata de un líquido de color claro, totalmente miscible con agua y de olor amoniacal.
Es la amida primaria más simple.
En el pasado, la formamida se producía tratando al ácido fórmico con amoníaco, que produce formiato de amonio, que a su vez produce formamida al calentarse:[2] La formamida también se genera por amonólisis del formato de etilo:[3] Un proceso industrial más moderno implica la carbonilación del amoniaco:[4] Un proceso alternativo de dos etapas implica la amonolisis de formiato de metilo, que se forma a partir de monóxido de carbono y metanol: La formamida se hidroliza en agua con catálisis ácida y calor: La formamida se descompone en monóxido de carbono y amoniaco a 180 °C.
En presencia de catalizadores ácidos sólidos, la formamida se deshidrata a ácido cianhídrico:[5]